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Este mismo año fue trasladado al convento de La Coruña, pasando seguidamente a Gijón (1940-1942) como director de la catequesis. Desde 1942 a 1945 residió en el convento de Montehano, trabajando como responsable de la atención a la cercana parro– quia de Cicero. Desde Montehano se trasladó a Bilbao. Allí cumplió con sus obligaciones sacerdotales como encargado de la catequesis, de la Juventud Franciscana y ejerciendo la capellanía en los astille– ros de Euskalduna. Luego pasó otros dos años en Valladolid (1947-1949) al frente de la Cofradía de San José y como biblio– tecario de la fraternidad. En Montehano como párroco de Cicero (1949-1960) y en Manzanares con el oficio de vicario y coadjutor transcurrieron los doce años siguientes de su vida. Apenas un año duró su per– manencia en la ciudad manchega, ya que, en 1961, lo encontra– mos en Salamanca implicado en la creación de la Juventud Obrera. La realización apostólica y sacerdotal del hermano Manuel Sánchez se vio enriquecida con una experiencia poco común hasta entonces entre nuestros religiosos: la atención a los emi– grantes españoles en el continente australiano. Sólo un año más tarde le acompañarían en esta misión, y también en Australia, Pablo Martín y Nicanor de San Mamés, este último procedente de Venezuela. En las Tablas capitulares de 1963 quedarían ya los tres religiosos asignados para ftjar su residencia en Australia, atendiendo a la petición hecha por el padre general, Clemente de Milwaukee, al padre provincial de Castilla. Con el tiempo se daría un nuevo impulso a esta forma de apostolado mediante el envío de otros hermanos a Suiza y a los Estados Unidos de América. 43