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rismo en la disciplina, pero con fomento de la responsabilidad personal en los estudiantes, autocontrol y apertura a nuevas for– mas de convivencia entre alumnos y profesores .. ., fueron algu– nas de las innovaciones que, aportadas por los educadores, enriquecieron el ambiente humano, cultural y espiritual del aspirantado. Se le recuerda como un entusiasta y capacitado director de música al frente de la Schola Cantorum, numerosa, bien preparada y eficaz en sus actuaciones . Habiendo sido trasladados los primeros cursos de bachillerato al convento de Vigo, el hermano Jesús María pasó también a la ciudad gallega en 1953 para continuar allí sus tareas educativas. Durante el año 1954 su vida apostólica transcurrió en los conventos de Gijón y Montehano, con el oficio de predicador. En 1957 fue nombrado coadjutor de la parroquia de Manza– nares (Ciudad Real), y en 1959 le encontramos en Salamanca dedicado a la predicación popular. Regresó en 1960 a Manzanares otra vez como coadjutor y, en 1964, fue destinado, con el mismo cargo, a San Antonio de Cuatro Caminos, en Madrid. Desde 1967 a 1975 desarrolló una intensa labor ministerial en el convento de Valladolid siendo, además de párroco, vicario y superior de la fraternidad. Se encargó de la crónica conven– tual; dirigió la catequesis, los Jueves Eucarísticos, el coro de la JUFRA y la Legión de María. El 20 de noviembre de 1969 fue nombrado miembro del Consejo Presbiteral del arzobispado de Valladolid en representación de los religiosos sacerdotes. Por tercera vez visitó Manzanares en 1978 como párroco y responsaLle de la fraternidad y, una vez terminado el trienio, en 1981, fue trasladado al convento de León para dedicarse a la pr~<licación. 37