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Enero Su nombre figura en obras tan significativas como Quién es quién en la Iglesia de España; El diccionario de la música y los músi– cos; Recursos musicales de España, del Ministerio de Cultura, etc. En lYY~ recibió el homenaje de APROMUR por toda una vida dedicada a la evangelización a través de la música. Animado por el éxito extraordinario de su primera graba– ción de villancicos titulada: «Llega la Navidad», se publicó otra en 1986, en colaboración con Ediciones Paulinas. Este nuevo casete llevaba por título «25 de diciembre». Un ejemplar fue enviado a la reina doña Sofía, quien en más de una ocasión había escuchado las actuaciones del padre Esteban y no dudó en enviarle su reconocimiento a través del marqués de Mondé– jar, jefe de la Casa Real: «Su Majestad la Reina me encarga de expresarle su agradecimien– to por las cintas casettes que tan amablemente le ha enviado; diciéndo– me, al mismo tiempo, que le haga llegar sus saludos afectuosos . ..» Tampoco faltan en su haber las aportaciones escritas a la cultura musical en forma de artículos y comentarios, publicados en prestigiosas revistas como «Melodías» o « Tesoro Sacro Musical». De talla menuda, ágil en el andar y ligeramente nervioso, estaba dotado de un espíritu abierto y comprensivo. Era un hombre muy huma– no, cordial y cercano, que se ganaba con facilidad el afecto de grandes y pequeños. Era enemigo de toda chabacanería. Compositor y acreditado director de coros, amén de pasar por uno de los mejores organistas de Espai'ía, nunca fue dado a manifestar ostentación o hacer alarde de sus cualidades: se contentaba con hacer bien su trabajo y aceptar con sencillez las alabanzas y el reconocimien– to de los demás. Ante los merecidos elogios que recibía, siempre tenía la misma respuesta: «Hacemos lo que podemos». Y nada más. 32