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Enero En el año 1976 fui nombrado vicario de La Florida; y en 1978 celebré mis bodas de oro sacerdotales en Wonkén, Gran Sabana, acom– pañado de los tres religiosos de la misión, tres monjas y dos indiecitas. Esto es parte de mi vida a los 79 años ya casi cumplidos. Lo demás queda consignado en el libro de los Paralipómenos, 2. 0 ••• » Estas palabras fueron escritas y firmadas por el hermano Constancio en Caracas, el 5 de mayo de 1982. Podemos tener la impresión de que con ellas da por cerra– da su vida y también su actividad, pero todavía le quedaban casi diecisiete años de trabajos para, como San Pablo, lanzar a los vientos su particular bonum certamen certavi... Trabajos y años consumidos en la atención al culto de la igle– sia, en la atención constante al confesonario y en echar una mano a la fraternidad en todo aquello que su salud y su avanza– da edad le permitió. Tuvo tiempo y generosidad, con sus más de ochenta años, de pasar algunas temporadas en la Gran Sabana, posibilitando a otros hermanos un merecido descanso, salidas para otros menesteres o suplencias, mientras solucionaban nece– sidades personales distintas de su trabajo habitual en la misión. A partir de 1994 comenzó a sentir en su cuerpo el peso de los años. Fallos en las piernas y problemas de movilidad le obli– garon a ingresar en la enfermería. Una rotura de cadera ocurri– da a finales de 1998 y la ineludible intervención quirúrgica a que hubo de someterse sirvieron para acelerar la llegada de la hermana muerte, falleciendo el 3 de enero de 1999. Sus restos descansan en el Cementerio General del Sur, en Caracas. Con su presencia merecida en la lista de honor de los misioneros capu– chinos, el hermano Constancia Andueza, más conocido como padre Inda– lecio de Santibáñez, es una figura señera de nuestra Orden en Tknezuela. 18

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