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Enero de la noche, atención a las confirmaciones . .. , dormir tres y cuatro jun– tos donde unos roncan y otros sueñan ... curtieron mi piel y me enseña– ron muchas cosas. Encargado de la catequesis de La Merced, la iglesia se llenaba dos veces por semana; y hasta el nuncio y sii secretario, que vivían en la esquina de La Merced, pasaban ratos escuchando la algarabía que armaba aquel ejército. Así las cosas durante siete años en Caracas, me llamó el padre cus– todio, Cayetano de Carrocera, para decirme que tenía que ir a Mérida para ver si lográbamos fundar una nueva casa. Mérida era para mí suficientemente conocida en todos los terrenos, pues bastantes años había ido a predicar en la capital y en sus contornos . . . » « ... La toma de posesión de la parroquia fue un domingo, 24 de mayo, en que se celebraba la fiesta de San Isidro del año 1941. Comencé por establecer el rosario a las cinco todos los días; el domingo puse dos misas: una a las siete y otra a las nueve, para la gente del campo y, a continuación., la catequesis. Durante varios meses permanecí solo, hasta que me mandaron al padre Pablo de Aleje. En agosto o septiembre de 1942 me trasladaron a Caracas de superior. Durante mi actuación de superior vino a girar la visita el padre provincial, Agustín de Corniero, dejándonos encomendado, entre otras cosas, el hacer diligencias para el establecimiento de una nueva residen– cia en la parte oriental de Caracas, que era por donde comenzaba a extenderse la ciudad.. El Club Florida, cerrado por quiebra, propiedad del doctor Pedro Berrizbeitía, ofrecía ventajas por la amplitud del terre– no, con buenas comunicaciones para todas partes... » « . . . Conseguida la autorización de los terrenos y el permiso de la Curia para la fundación después de muchos trámites y dificultades, veníamos a La Merced todos los domingos para la celebración de dos misas en la mañana. Con el tiempo comenzó la edificación de la nueva iglesia, una de las más amplias y que mayores facilidades brinda a los fieles de todas partes, ya que de todas partes acuden a ella. 16

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