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gos de Pampilhosa da Serra y Seure. Por enfermedad abando– nó la actividad docente en 1979. Durante los últimos años su salud se vio seriamente afecta– da por diversos achaques y enfermedades. Dormía muy poco, y durante una larga temporada el sillón era su cama. Celebró el 17 de marzo de 1985 sus bodas de oro sacerdotales. A partir de esta fecha, la actividad del padre Baños fue aminorando pro– gresivamente al mismo ritmo que el deterioro en las condicio– nes de su salud. Algunas veces hubo de ser ingresado en el hos– pital con problemas respiratorios y se vio obligado a reducir sus horas de confesonario a causa de la sordera que también le afectaba. En los primeros días del mes de marzo de 1997, el provin– cial de Portugal, J oao José Costa, remitía un fax al de Castilla comunicándole que el 3 de marzo había sido ingresado en el hospital el padre Bernardino, en estado grave. El día 7 de abril se comunicaba su fallecimiento en el Hospital Universitario de Coimbra, así como el agradecimiento de los capuchinos portu– gueses por el regalo que había sido para ellos este religioso de la Provincia de Castilla. La muerte llegó como consecuencia de sucesivas complica– ciones tras una operación de cataratas sufrida dos semanas antes, cuando le faltaba un mes para cumplir ochenta y siete años de edad. Había pasado cincuenta y ocho trabajando en Portugal. Ha sido el último religioso de Castilla que residió en la hoy proclamada Provincia de Portugal. En ella trabajó durante cin– cuenta y ocho años y, aunque jurídicamente pertenecía a la de Castilla, en lo efectivo se sintió siempre ligado a la provincia lusitana, a la que dedicó su vida y en la que era considerado como un hermano a todos los efectos. Ha sido una de las pie- 163