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Abril siempre le caracterizó. Es preciso conocer esta región y la reli– giosidad de sus habitantes para comprender algunos rasgos de su personalidad. Cursó los estudios primarios en su pueblo natal desde 1916 a 1921, ingresando este mismo año en el Seminario Capuchino de El Pardo para continuar su formación humanística hasta 1926. Tras un período de prueba pasado en compañía de su fami– lia, comenzó el noviciado en Bilbao, el 6 de noviembre de 1927, tomando el nombre religioso de fray Hilarino de El Burgo. Terminado el noviciado, emitió la primera profesión el 7 de noviembre de 1928. Pasó seguidamente a Montehano para cur– sar la filosofía (1928-1931) y luego a León para continuar la for– mación teológica y pastoral (1931-1935). Emitió los votos per– petuos el 22 de noviembre de 1931 y recibió las órdenes sagra– das en la catedral leonesa el 16 de marzo de 1935. En julio de 1936 llegó a Portugal para formar parte de la primera comunidad de Ponte de Lima, permaneciendo allí seis meses dedicado al aprendizaje de la lengua portuguesa y traba– jando en la catequesis de la iglesia de los Terciarios . En enero de 1937 regresó a León para someterse al examen de predicador que acostumbraban a realizar los sacerdotes jóve– nes, pero con los deseos de retornar inmediatamente a Portugal. Las circunstancias bélicas en que se encontraba España y la obligación de cumplir el deber cívico del servicio militar trun– caron sus ilusiones de volver a tierras portuguesas, debiendo permanecer, hasta 1939, en Ribadeo y La Coruña dedicado a ejercer los ministerios sacerdotales. Una vez finalizada la guerra en España pudo ver cumplidas sus ilusiones: el 22 de julio de 1939 se publicó la primera lista 160