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Marzo debió influir en su forma de ser el trabajo concreto al que se dedicó de por vida; un trabajo que, por su propia naturaleza, requiere una mente disciplinada con un talante seguro, metódico y exigente. El carácter fuerte y tenaz lo mantuvo durante toda su vida; pero no le hizo perder una buena dosis de humor y una conversación agrada– ble cuando se dialogaba con él. Como religioso, fue muy riguroso consigo mismo en todo lo referen– te a la observancia regular; responsabilidad en el trabajo y cumplimien– to de sus obligaciones. Poco amigo de perder el tiempo en superficialidades y vanas apa– riencias, le gustaba vestir el hábito como símbolo de su espiritualidad y del aprecio que siempre manifestó por todo lo que estaba ligado a la Iglesia y a la Orden. BIBLIOGRAFÍA: AO 1 (2000) 252; AP fol 323; BOP 38 (1955) 105, 58 (1959) 18 40 68s, 122 (1970) 70 71 77, 123 (1970) 110, 146 (1974) 408 461, 148 (1974) 556, 150 (1975) 76, 163 (1977) 62 99 100, 176 (1979) 71, 190 (1981) 314-315, 255 (1999) 77- 87; Flash 183 (1999) 44-51; VM 372 (1970) 118- 119. 148

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