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prosiguió su tarea investigando en archivos y bibliotecas, con el fin de recopilar los datos necesarios para escribir la vida de la Provincia. El primer fruto de su trabajo fue la publicación del Necrologio, en 1943, un libro clásico y de gran valor histórico que sintetiza esquemáticamente los datos biográficos de los reli– giosos desde 1609 hasta 1943. Comenzó a formar parte, en 1946, del recientemente fun– dado Instituto de Misionología Hispánica «Santo Toribio de Mogrovejo», dependiente del CSIC, asumiendo también la dirección de Missionalia Hispanica desde 1946 a 1975. En 1948 comenzó a publicarse por determinación de los superiores el Boletín Oficial de la Provincia, encomendado este cometido al padre Buenaventura que lo tuvo a su cargo hasta 1960. Hasta esta fecha fue también el responsable de la publi– cación de la hoja mensual N.P. jesús Nazareno, creada con el fin de promocionar su devoción entre los fieles. El 1949 salió a la luz otra de sus grandes obras: el primer volumen de «La Provincia de Frailes Menores Capuchinos de Castilla (1575-1701)», que se completaría con el segundo en 1973. Durante los años comprendidos entre 1951 y 1960 fue ele– gido tres veces para los cargos de definidor provincial y vicario del convento de Jesús de Medinaceli, mientras desempeñaba, simultáneamente, el oficio de cronista y archivero provincial. Supuso para él un año especialmente activo el de 1959: el entonces ministro provincial, padre José María de Chana, debía ausentarse, durante algunos meses, para cursar la visita pasto– ral a las misiones de Venezuela, notificando a los religiosos mediante carta fechada el 11 de marzo la elección del padre Buenaventura como vicario provincial. 144