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Marzo Durante los años y en los lugares señalados anteriormente prosiguió su apostolado en trabajos muy diversificados: en 1976, estando como residente en Montehano, comenzó a cola– borar en la revista F,l Mensajero Seráfico, encargándose de la sec– ción «Los puntos sobre las íes», en la que se engloban los temas más variados sobre preguntas concretas realizadas por los lecto– res. En 1977 se hace cargo de la atención al Ejército Azul de Fátima, en la diócesis de Tuy-Vigo. Más tarde, en León, es res– ponsable diocesano del movimiento sacerdotal mariano y de los grupos de oración del Padre Pío. En la última etapa de estancia en León asiste espiritualmente a las Capuchinas Misioneras del Trabajo, en Fontanil. (Recordamos que esta congregación reli– giosa fue fundada por el hermano Emilio Lozano Mateos, capu– chino de la Provincia de Castilla). Inmerso en pleno trabajo apostólico, le sorprendió su enfer– medad en marzo de 1995, debiendo ser ingresado urgentemen– te en la clínica San Francisco para ser intervenido, tras serle diagnosticado un cáncer en el intestino con metástasis genera– lizada. Los médicos le practicaron una colostomía, con exiguas esperanzas de recuperación. El 4 de abril de 1995 es ingresado en la enfermería de San Antonio. En dos meses consigue un restablecimiento inespera– do, por lo cual regresa, el 12 de junio, a su residencia de León para incorporarse a los ministerios apostólicos. Viaja a Fátima y a Garabandal para agradecer a la Virgen su recuperación, pero de forma paulatina la enfermedad sigue conquistando su cuerpo y minando su salud. El 1 de marzo de 1996 retorna, a petición propia, a la enfer– mería provincial, donde fallece el 24 de marzo a causa de una parada cardiorrespiratoria. El día 26 es enterrado en la Sacra– mental de San Isidro de Madrid. 135