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Marzo La falta de memoria, el despiste y el olvido de las cosas más normales se fueron acentuando con los años, e incluso agraván– dose, cuando manifestaba esporádicamente atisbos de cierta agresividad. Ante esta situación se tomó la nffisión O<" trasla– darle a la enfermería de San Antonio, en la que ingresó el 18 de marzo de 1986. Los conatos de agresividad incontrolada y la falta casi total de memoria eran algunos síntomas alarmantes de una enferme– dad mental imposible de ser atendida adecuadamente en la enfermería provincial. Ante esta situación optaron los superio– res por ingresarlo en el Hospital Psiquiátrico de los hermanos de San Juan de Dios, en Ciempozuelos. Aquí fue pasando los años en un estado semivegetativo, con altibajos en su salud, recuperaciones momentáneas y nuevas recaídas que le obliga– ron a permanecer en cama. En la tarde del 23 de marzo de 2000, los hermanos del hos– pital comunicaron telefónicamente a los religiosos el falleci– miento de José Luis. Sus restos fueron trasladados a Usera para celebrar los funerales y ser enterrados, posteriormente, en la Sacramental de San Isidro de Madrid. Con su vida, casi exclusivamente gastada en los trabajos domésticos de la albañilería y cuidado de las aves, prestó José Luis una valiosa aportación para mitigar las necesidades mate– riales de los religiosos y contribuyó de manera notoria al man– tenimiento de la economía en el colegio-seminario de El Pardo. La franqueza, la sinceridad, el matiz alegre y campechano, típico del pueblo andaluz, fueron también notas características que conforma– ron su vida y su carácter. Es verdad que poseía un temperamento fuer– te y un tanto independiente frente a aquellos que trataban de modificar su forma de pensar o trataban de interferir en su trabajo; pero este com- 128