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Febrero En 1953 quedó inaugurado el nuevo colegio de filosofía de la Provincia de Castilla en Santa Marta (Salamanca), y en este centro recién estrenado continuó, durante varios años, ejercien– do sus tareas docentes con los estudiantes de la Provincia y un numeroso grupo de alumnos provenientes de Portugal. Cofundador y primer director de la revista Naturaleza y Gracia hasta 1958, organizó también la biblioteca del colegio de filosofía de Santa Marta y colaboró en los ensayos y dirección del coro del colegio en numerosas ocasiones. En veladas y cele– braciones festivas no desdeñaba nunca la oportunidad para lan– zar a los aires, con más entusiasmo y pasión que buena voz, una de sus canciones preferidas: el «va pensiero» de Verdi. Ya en 1953 comenzó a ejercer algunas actividades académi– cas en la Universidad Pontificia de Salamanca, a la que fue incorporándose progresivamente en varias etapas: primero como profesor invitado; en 1962 como profesor ad tempus de filosofía de la historia; en 1966 como profesor extraordinario de historia de la filosofía y, finalmente, en 1973, se le concedió el título de catedrático numerario de historia de la filosofía antigua y medieval, ejerciendo este cargo hasta 1984, año de su jubilación. Sin embargo, no cesaron por este motivo sus actividades en la universidad; por eso siguió responsabilizándose de la direc– ción de memorias y tesis doctorales, prestando una atención exquisita a los estudiantes, orientándoles en sus trabajos y pro– porcionándoles todos los medios a su alcance para que consi– guieran llevarlos a cabo de la manera más perfecta. Amén de esta labor de asesoramiento, impartió múltiples conferencias tanto dentro como fuera de la UPSA; asistió a nu– merosos congresos en Italia, Francia, Alemania, Venezuela, Argentina, Brasil..., dejando muy alto, por su saber y buen de- 100