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do para cursar el bachillerato. Superados los estudios humanís– ticos, y tras cinco años de estancia en El Pardo, pasó al conven– to de Bilbao en 1928, recibiendo el hábito religioso el 1 de no– viembre y haciendo su primera profesión el 4 de noviembre de 1929. Tomó el nombre de Feliciano de Ventosa, por el que sería conocido muchos años dentro y fuera de la Orden. Comenzó la carrera sacerdotal con el estudio de la filosofía en el colegio de Montehano, donde permaneció desde 1929 hasta 1932. Concluyó esta primera etapa de su vida religiosa en León con el estudio de la teología, haciendo la profesión per– petua el 7 de junio de 1936 y ordenándose de presbítero en Astorga el 18 de julio de 1937. Este mismo año fue destinado a Bilbao como profesor de humanidades en el aspirantado esta– blecido allí provisionalmente. En 1939 es enviado a Roma con el fin de perfeccionar y ampliar sus conocimientos de filosofía en la Universidad Gre– goriana. El 27 de junio de 1943 se le concedió el título de doc– tor en filosofía con la presentación de su tesis «El voluntarismo en San Buenaventura», un trabajo que le mereció el premio extraordinario y la medalla de oro de doctorado. Agregó a este tlamante título el de diplomado en biblioteconomía obtenido en la escuela de la Biblioteca Vaticana, un buen augurio y recur– so práctico para el trabajo de este hombre que, posteriormen– te, pasaría toda su vida con los libros en las manos. Durante el curso 1943-1944 inició la docencia de la filosofía en el colegio de Montehano, pasando después a León para impartir sus clases de historia del pensamiento a los jóvenes reli– giosos que se formaban en esta ciudad. En 1945 se incorporó nuevamente al colegio de Montehano como director, compagi– nando el cargo con el de enseñante de numerosas asignaturas: crítica, metafísica, psicología racional e historia del pensamiento. 99

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