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Contaba 79 años de edad. Sus restos descansan en el cementerio de Colón de La Habana. Durante su estancia en las misiones de Venezuela comenzó, en junio de 1928, la construcción de la residencia y nueva iglesia de Tucupita, realiz;mrlo t;:imhi/é>n intt:>resantes excursiones misionales a Camarata y la Gran Sabana. En Cuba no pudo siempre desarrollar un apostolado intenso y efectivo, pero estuvo atento al ministerio del confesonario, trasla– dándose frecuentemente a otras residencias para ayudar a los reli– giosos y atendiendo espiritualmente a cuantos reclamaban su asis– tencia. Fue, durante varios años, confesor ordinario de varias comu– nidades religiosas y del Seminario del Buen Pastor de La Habana. El P. Matías fue un religioso sencillo y trabajador que se entregó a los demás mediante el apostolado ejercido en el confesonario, la predicación y la dirección espiritual. De su vida, sobre todo en los últimos años, no estuvo ausente el dolor, pero a pesar de su delicada salud, siempre estuvo dispuesto a prestar su colaboración. Tanto de superior como de súbdito, dio ejemplo a los religiosos con su intensa vida de fervor. Todos los que le conocieron pudieron admirar en él su amor al retiro, su dedicación a la oración y penitencia, su espíritu de pobreza y su estima por la observancia regular. Fue para todos un verdade– ro modelo de vida religiosa. BIBLIOGRAFÍA: BOP 12 (1959) 22 s; Estanislao 524; Pacífico 247; EV 14. 45