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En dicha enfermería falleció en la madrugada del 17 de enero de 1983, a la edad de 86 años y 61 de vida religiosa. Los últimos años de su vida los dedicó de manera especial a la práctica de la oración, asistiendo a cuantas misas le permitía su deli– cada salud y dando a todos ejemplos de espiritual resignación. Fray Perfecto de Audanzas: Peifecto le pusieron por nombre y, según él mismo decía: «Quiero ser perfecto». Fue un hombre piadoso y trabajador, deseoso toda su vida de seguir aprendiendo para ser últil a los demás. En la homilía de su funeral el P. Superior resumía de esta manera su talante espiritual: «Fue un religi,oso dispuesto a pedir perdón, si veía que había causado algún problema; era un hombre delicado, perdonador, dispuesto a ayudar y a entregarse con afecto. Fue un hermano dispuesto al trabajo, a la colabo– ración en las tareas de la vida comunitaria. Fue un hermano dispuesto para la vida de piedad y oración. Todo esto, a pesar de sus pequeñas manías...» «La sonrisa franca, la alegría de sus ojos, el abrazo grande que guarda para todos, el gesto humilde al hablar, la bondady sencillez de sus palabras y de toda su persona, su afición a la patria, el fútbol y la noticia diaria, su humildad y su paz, es lo que nos cautiva de nuestro hermano Fr. Simón» ___,A_._Gajate)~ ------------------~ BIBLIOGRAFÍA: AO 103 (1987) 157; BOP 36 (1983) 61 s; Flash, n.º 62 (1983) 24-25. 37