BCCCAP00000000000000000000709

Diciembre cia de Maracaibo la orden de abandonar la República, que fue dicta– da por el Presidente Cipriano Castro a instancias de algunas per– sonas, que les habían acusado de su intervención en algunos disturbios ocurridos en la ciudad. Entre los desterrados se encontra– ba el P. Rionegro: algunos religiosos se quedaron en la residencia preparando la salida y los demás fueron conducidos a la Prefectura y luego al vapor que les había de conducir a Curazao. Los religiosos fueron despedidos con numerosas manifestaciones de simpatías por parte del pueblo. Parte de ellos pudieron regresar a Caracas; los demás, entre los que se encontraba el P. Froilán, pasaron a Colom– bia, ftjando temporalmente su residencia en el convento de los ca– puchinos de Barranquilla. Poco tiempo después, el P. Froilán y Fray Pedro de Ascarza pasaron a Panamá y recorrieron la región de los indios Tules, evangelizándoles, estudiando sus costumbres y dando misiones en algunos pueblos civilizados. En 1905, siendo Superior de la Custodia el P. Gaspar de Cebro– nes, se realizaron las gestiones para instaurar la Orden franciscana en las islas de Cuba y Puerto Rico. El P. Custodio cursó órdenes a los religiosos dispersos por Colombia y Panamá para que se trasla– dasen a las islas: con otros cuatro religiosos llegó el P. Froilán a San Juan de Puerto Rico en los primeros meses del año 1905. De acuerdo con el plan de fundaciones del P. Custodio, fue en– viado el P. Froilán a la isla de Cuba con la misión de buscar un lugar adecuado para establecer una nueva residencia. Llegó a Cuba en el mes de octubre de 1905; y habiendo recorri– do algunas poblaciones de la isla, se ftjó en Bayamo, ciudad famosa por su historia y su antigüedad. Con el consentimiento y benepláci– to de D. Francisco de Paula Barnada, Arzobispo de Santiago, tomó posesión, el mismo año, de la extensa Vicaría de Bayamo, que com– prendía dos parroquias en Bayamo y las foráneas de Veguita, Guisa y Cauto. Aquellas parroquias, totalmente abandonadas, constituían un verdadero campo de misión. Aquí permaneció, como Presidente, por espacio de tres años. 1058