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En 1919 fue trasladado a Puerto Rico, permaneciendo en San Juan dedicado a las faenas propias de su condición de hermano y, en particular, a la administración de la revista La Verdad, que allí publicaban los Capuchinos de Castilla. Como dato histórico impor– tante, queremos recordar el origen de esta revista. Hizo su aparición en SanJuan como semanario religioso y lite– rario el 29 de junio de 1905, bajo la dirección de algunos jóvenes puertorriqueños. En sus comienzos tuvo una vida bastante lángui– da, y el Prelado diocesano se negó a dar el consentimiento para su publicación, si los PP. Capuchinos no se hacían responsables de su contenido moral y doctrinal. La Orden adquirió la propiedad del periódico el 25 de agosto de 1905, siendo su primer director el P. Luis de Pamplona. La Verdad fue casi siempre semanal e ilustrada, y fue tan del agrado del público que llegó a ser la de mayor circulación de la isla, con imprenta y talleres propios, máquina Linotipe y completo servi– cio de fotograbado. Sus campañas en defensa de la religión alcanza– ron éxitos sorprendentes en reñida polémica con las publicaciones masónicas, espiritistas y protestantes. Fray Darío hizo la profesión perpetua durante su estancia en Puerto Rico, el 1 de agosto de 1919. En 1924 fue incorporado a la misión del Caroní. Fue uno de los primeros religiosos en llegar a dicha misión como Socio del primer Vicario Apostólico, Mons. Alonso Nistal, a quien acompañó en casa y en sus viajes por espacio de dos años. Era necesario fundar la primera casa-misión en el Vicariato del Caroní y trazar los rasgos generales y las pautas de las estaciones misionales que se establecerían en lo sucesivo. Fue el P. Santos de Abelgas el encargado por el Vicario Apostólico de echar los cimien– tos de esta primera casa, que quedó bajo la advocación de Divina Pastora de Araguaimujo. El lugar escogido fue una antigua hacienda de cacao, ya abandonada y cubierta de espinos y maleza: el 1 O de 1052