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Gijón el 8 de agosto de 1972, donde llegó bastante inválido y usan– do muletas: con los ejercicios de recuperación en un gimnasio pró– ximo al convento de Gijón experimentó una acusada mejoria, pero no llegó a recuperar el movimiento articular de los pies. En 1975 fue nombrado Vicario y Coadjutor de la parroquia de Gijón, ocupándose primordialmente de las labores administrativas en el despacho parroquial. Su enfermedad comenzó a agravarse a partir del mes de sep– tiembre de 1980: padecía deficiencias circulatorias y esclerosis renal que le acentuaron la uremia y en los últimos meses le producián frecuentes ataques epilépticos. El día 1 de octubre fue trasladado por segunda vez a la enfermeria de San Antonio por prescripción facultativa, alternando su estancia en la nusma con temporadas en la clínica de San Camilo. Falleció el 9 de diciembre de 1980, a la edad de 61 años, 42 de vida religiosa y 36 de sacerdocio. Sus restos fueron trasladados a Gijón para la celebración de los funerales y después al cementerio de Campomanes, donde recibió sepultura provisional en espera de poder ser trasladado a su pueblo natal de Sotiello. Durante veinte años el P. Gabriel se dedicó a la explicación de las disciplinas filosóficas (metafisica, critica...) en los colegios de Montehano y Santa Marta, aparte de los dos años que permaneció en El Pardo como profesor del seminario. Cuando se vio obligado a abandonar la docencia a causa de su enfermedad, se dedicó exclusivamente a los ministerios sacerdota– les, ejerciendo como capellán de la Cruz Roja de Gijón, o en las labores parroquiales de nuestra iglesia: ayudaba en las confesiones, dirigía el coro parroquial y, en algunas ocasiones, aprovechaba su tiempo libre para dar clases particulares de latín, griego y íilosona. Sus homilías causaban impacto en los fieles por su forma y profun– do contenido, siendo especialmente alabadas por los intelectuales. 1019