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encomendaron. Fue Vicario parroquial de Barquisimeto, Párroco de Ziruma, Vicario parroquial de San Judas, Párroco de Mérida, Vicario parroquial de Cumaná... Estuvo al servicio de nuestras fra– ternidades como Vicario de SanJudas y en Cumaná y como Supe– rior en la residencia de Mérida. Siempre estuvo pronto para ayudar a la gente y dispuesto a trabajar en los ministerios parroquiales que le habían sido encomendados por la obediencia. Estaba en pose– sión del título de Magisterio y había estudiado la carrera de Perio– dismo en la Universidad de Zulia (Venezuela). Estaba muy ufano y gozosamente presumía de su título de pe– riodista. Estando de vacaciones en España le ocurrió la siguiente anécdota: salía yo de una de las clases de fisica a las que asistía en la Universidad Central de Madrid. Eran los años de la revolución estu– diantil, que por aquellas fechas había tenido también lugar en Fran– cia durante la famosa primavera del 68. La Universidad de Madrid estaba muy alborotada: huelgas, manifestaciones, destrozos en las aulas, continuas peleas con las fuerzas de orden público... En un claustro de la facultad me encontré con el P. Ignacio de Vegas, pro– mocionando la venta de biblias; le adver tí del peligro que corría, pero no me hizo caso, manteniéndose firme ante el peligro como otro S. Pablo. Unos pasos más adelante me encuentro con el P. Crisógono, lápiz y cuaderno en la mano. - Pero ¿qué haces tú aquí?, le pregunté. - Estoy haciendo entrevistas... Yo le advertí también de la incon- veniencia de realizar el trabajo allí y en aquellas circunstancias. - Yo soy periodista... Entonces ¿para qué quiero yo el carnet? ¿Para qué quiero yo mi título? Tampoco me hizo caso. A los dos minutos, un chorro de agua a presión teñida de azulina, pr ovenien– te de los camiones antidisturbios, le había dejado el hábito teñido y pegado al cuerpo. ¿No querías noticias?, pensé. Pues las has conse– guido frescas y de primera mano. El P. «Criso», como le llamaban amigablemente sus compañeros, es recordado por ellos como un hermano comunicativo, cordial, espontáneo y 1001