BCCCAP00000000000000000000701

8 JESUS BEUNZA DE GUERENDIAIN, O. F. M., CAP. con seguridad y aciertos innegables nuestros antecesores en este apostolado. A la pregunta tantas veces formulada "¿ qué clase de misiones predican Uds.?", siempre podríamos responder: las del derecho canónico, las que predicaron siempre los profesionales de este ministerio y que son las únicas canonizadas por la Iglesia hasta la fecha, aquellas cuya utilidad para los fieles es de derecho definido "definiti iuris est" (Coronata, citando a Wernz). Esto, claro está, siempre y cuando nuestras misiones se conformen a los modelos en lo sustancial y no sean caricaturas de aquellas. En cosas acci– dentales acomodadas a la sicología popular de otros tiempos e inadaptadas a los nuestros, es obvio que ni es necesario ni conveniente imitarles. Tenemos una práctica aprobada por la Iglesia, tenemos una tradición, rica en experiencias y frutos de apostolado. No se puede admitir, sin más, una revolución que eche por tierra todo esto, aunque sí se podrá y se deberá aceptar la renovación que exijan los nuevos tiempos, no como destrucción sino como enriquecimiento de la tradición. Hecha esta observación, debemos adentrarnos en el estudio de los ar– gumentos y orientaciones" renovadoras de las misiones. En primer lugar de– bemos enfrentarnos con las razones de adaptación al ambiente en que se ha de predicar; después abordaremos temas, más de fondo doctrinal y de ca– rácter general. a) Adaptación al ambient,e. Misiones de conversión a la fe o a la vida cristiana La predicación debe ser real, debe ser actual, debe enfrentarse con los problemas del día, el Evangelio hay que predicarlo al público que escucha, teniendo •en cuenta su mentalidad, su formación religiosa, sus problemas... "debe proclamarse el Evangelio como una respuesta a los problemas del mun– do actual, en la lengua y mentalidad de los hombres de hoy". Admitamos esto como un axioma de la pastoral. Ahora bien, en los intentos de renova– ción de la predicación en general, y. concretamente de la predicación misio– nal, entre nosotrns ~al decir nosotros me refiero a España y aún en gene– ral a todo Hispanoamérica- ¿ se ha tenido en· cuenta este principio? Aludí antes al afán de copiar del extranjero, con menosprecio de lo nues– tro. De hecho, en España, los estudios originales sobre Sagradas Misiones son tan deficientes que creo podríamos decir que están sin estrenar. Todo lo que se ha escrito -dejando a un lado algunas polémicas y artículos sueltos de revistas, algún breve ensayo, donde también se ve la impronta extran– jera- toda la escasa literatura de fondo con que. contamos sobre renovación de las misiones son tradución, copia o adaptación de lo que se ha publicado en el extranjero. De todos son conocidos los nombres de Schurr, H. Ranher, P. Hitz, Desqueyrat, P. Motte, Liege, etc. Yo creo que cabe de inmediato esta pregunta: ¿ Estamos en las mismas

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz