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4 JESUS BEUNZA DE GUERENDJAIN, O. F. M., CAP. social no ha cambiado, o de que, aun en el caso de cambios, aun los más radicales que se quieran suponer, el corte de la misión clásica será siempre el más eficaz para lograr su finalidad específica: la conversión de los hom– bres para la salvación. 2. 0 Un culto desorbitado a la tradición y · concretamente a la tradición particular de cada instituto religioso, que acepta por bueno e inmutable lo que recibieron como herencia de sus antepasados y de sus fundadores, y cree que así se debe seguir haciendo porque así se hizo siempre, sin más razones. Admitimos como válida la centura a estas actitudes, dado que se basen en realidades. 3.° Creo no se puede descartar como base de censuras a la m1s10n clásica, la alergia y en muchos casos el desprecio a todo lo antiguo, el esno– bismo, el afán de novedad en todo, "el afán excesivamente progresista tan peligroso como el inmobilismo retardatorio", de que tantas veces ha hablado el actual Pontífice, como si la práctica pastoral. de nuestros mayores, lo mismo la pastoral ordinaria que la extraordinaria, hubiera sido tan deficiente y desacertada que nos hubiera llevado a la ruina de la religión en nuestro pueblo y hubiera que comenzar de nuevo, como si estuviera sin estrenar, la .predicación del Evangelio. 4. 0 Del mismo modo influye en estas censuras el desprecio a lo nuestro y un afán desmedido de copiar al extranjero; como si todo lo importado fuera mejor. Dejo para más adelante el enjuiciar la influencia extranjera en las orientaciones renovadoras de las misiones en España. Pero quiero dejar ya .aquí en suspenso una interrogante: ¿tan deficiente ha sido nuestra pas– .toral con relación a otros pueblos, cuando vamos a la vanguardia de las na– ciones católicas en número de vocaciones sacerdotales y religiosas, en frecuen" cia de sacramentos, en prácticas religiosas de misa dominical y cumplimiento pascual? ¿Y qué sacerdote con cura de almas podrá negar ·que la continui– .dad en la. fe (llámese si se quiere tradicional, siempre será preferible a la in– credulidad) y en la renovación periódica de la vida de fe de las parroquias, no han tenido su parte correspondiente de mérito las Sagradas misiones? 5. 0 En juicios y criterios sobre las misiones clásicas creo tampoco ha faltado (en esto como en todo) el desconocimiento de lo que son y cómo se dan las misiones, de la contextura férrea de los temarios misionales, de la técnica misional avalada por frutos indiscutibles y enriquecida progresiva– mente por experiencias de los profesionales de este apostolado. Consigno aquí un diálogo entre sacerdotes que puede ser expresión de lo que acabo de decir: . , - ¿ Hasta cuándo tanto folklore de m1s10nes con procesiones y rosarios de aurora, con campanas ·a muerto .y calaveras, con apagones de luces y ambientes terroríficos y en plan de festivales religiosos?

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