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20 JESUS BEUKZA DE GUERENDIAIN, O. F. M., CAP. b) Lo que debemos incorporar y asimilar ¿ Con qué elementos nuevos podremos enriquecer la tradici6n de la mi– si6n clásica y hacerla actual? Naturalmente con los que nos presta y aun nos exige el resurgimiento eclesiástico de nuestro tiempo y sobre todo las nuevas orientaciones pastorales. Las misiones son auxiliares, son una ayuda, un refuerzo de la pastoral ordinaria. No podemos desentendernos de las nue– vas tendencias, dejar a un lado los aspectos que, al ritmo del Concilio y del progreso de las ciencias eclesiásticas van informando la pastoral moderna. 1. 0 Hoy es necesrio incorporar o dar más cabida y relieve en las mi– siones al aspecto hist6rico-bíblico de la salvaci6n. Y no se trata de multi– plicar textos escriturísticos, sino de pregonar la obra salvífica de Dios, desde la elevaci6n al orden sobrenatural y a través del misterio de Cristo y de la Iglesia hasta el reino escatol6gico del mundo futuro. 2. 0 La misi6n debe centrarse más en Cristo, el salvador, el que nos salva. Sin dejar de explotar los recursos humano-sicológicos, habd que poner más de relieve la persona y la obra salvadora de Cristo, artífice verdadero y total de la salvaci6n en el Misterio Pascual, de la liberaci6n del pecado, de la muerte, del juicio de condenaci6n. Aparte de situarnos así en el centro de visi6n en que la Iglesia se coloca hoy en lo doctrinal y en lo cultual, tiene para las Sagradas Misiones la ventaja de crear en las almas un ambiente de alegría, de confianza y optimismo, frente al pesimismo que puede producir la visi6n de todas las verdades de salvaci6n en una perspectiva de esfuerzos meramente humanos. Y ambos aspectos, hist6rico-bíblico y cristocéntrico, deben presentarse no como hechos de tiempos pasados, sino como obras que se realizan en el acontecimiento de la misi6n. 3. 0 Las Sagradas Misiones habrán de hacerse más eclesiales y concre– tamente habrán de acentuarse los aspectos litúrgico y comunitario de la Igle– sia, pueblo de Dios que camina en régimen de fe y de signos hacia la meta final del Reino, y en su peregrinar por la vida se reúne para dar cul– to al Padre y santificarse en la participación común de la palabra de Dios y de los sacramentos. "La liturgia es la cima de la acci6n salvadora de la Iglesia, y es la cumbre a la que tiende toda la actividad de la .Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana su fuerza", y la liturgia es comu– nitaria, es la acci6n cultual y santificadora del cuerpo místico de Cristo. Ninguna actividad pastoral, tampoco el apostolado de las misiones puede desentenderse de estos aspectos fundamentales de la vida cristiana, que se dicen ser el rehallazgo más importante dentro del resurgimiento actual de la Iglesia. Sin convertir la misi6n en un cursillo ele liturgia o en ensayos de participaci6n en las acciones litúrgicas, o en una serie de conferencias sobre la Iglesia, siempre dentro del marco de verdades que nos señala la fina-

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