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APUNTES SOBRE EL ORIGEN APOSTOLICO DEL CRISTIANISMO... 63 6. ARBORIZACIÓN EN TORNO A LOS ORÍGENES APOSTÓLICOS Hasta ahora hemos pretendido realizar una labor catártica de desnudación y de liberación para que razones no históricas no blo– queen los pasos de la investigación y la aproximación al objeto his– tórico. Indirectamente, estamos propugnando la autonomía e inde– pendencia de la historia de la Iglesia respecto de la teología, mien– tras no se tercien verdades reveladas 17 • Ahora bien, aun limpio el camino, el objeto histórico no es fácil, sino complejo. Los orígenes apostólicos de la iglesia peninsular se parecen a una cadena de picachos lejanos inalcanzables. Para quien no esté habituado y en gracia a la claridad no podemos menos de presentar el tema en el siguiente esquema: A) Tradición jacobea compostelana. B) Tradición jacobea zaragozana. C) Tradición paulina. D) Tradición de los "varones apostólicos". A estos cuatro grandes bloques de tradición se podrían añadir otros ·secundarios o modificaciones, que por ahora no ii:i-teresan. Mas adelante estudiaremos otras hipótesis. Ahora bien, cada tradición lle– va en sus entrañas otras varias cuestiones intrincadas ; sirva de ejem– plo la jacobea compostelana: a) la evangelización jacobea en la Península; b) regreso a Jerusalén y martirio de Santiago en ella ; e) el culto al cuerpo de Santiago en Compostela; d) el culto, partiendo de las reliquias; e) el culto, por traslación del cuerpo; f) el culto, por invención del sepulcro ; g) principio' del culto en el medio adecuado de la recon(luista. Es obvio que en este momento no podemos aproximarnos a esta crestería de tradición; precisamente porque tenemos que replegar– nos sobre el cristianismo aragonés. No hemos visto que la última tradición, la de los "varones apostólicos" haya sido invocada en esta región 18 • Tampoco la de .san Pablo, no obstante que en los estudios recientes se apunte a Tarragona, como presumible puerto de llegada y de iniciación de la evangelización paulina. En todo caso, Ta:rraco y Caesaraugusta no vivían aisladas, sino unidas por sus buenas vías de comunicación 19 • A lo que parece, la comunidad aragonesa no se 11 E. Poulart, 'Conocimiento histórico de la Iglesia y conocimiento eclesial de la historia', Ooncilium 67 (Madrid 1971) pp. 13-30. 1s J. Fernández Alonso, •Espagne', en AHGE, col. 899, con fuentes y bibliografía; existe bibliografía, incluso polémica, más reciente, que no es del caso aducir en este mom.ento. 10 Serafín de Ausejo, •Pablo', Diccionario de la Biblia (Barcelona 1963) 1395- 1397, con buenas referencias bibliográficas.

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