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58 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA.-Tarsicio de Azcona hay quien piensa en negar lisa y llanamente el problema. En vez de perder tiempo desenmarañando el ovillo, o desatando el nudo, se corta de un tajo: Tanto monta 2 • Por adoptar este criterio han llovido acerbas acusaciones contra los historiadores hipercríticos, tur– badores de posiciones adquiridas y sembradores de discordia 3 • Cabe la postura razonable de prestar atención seria al problema, en su línea historiográfica y en su contenido, tratarlo con crítica y hacer un último esfuerzo por llegar a unos planteamientos dignos de ser aceptados por todos, por tirios y por troyanos, sin resque– mores de vencedores, ni de vencidos. El lector decidirá si la aprueba o la rechaza ; si considera que merece la pena conceder al tema más atención, o que es llegada la hora de amarrarlo a un dique seco y sin partida, o a una vía muerta definitiva 4 • Y nos decidimos por tratar el tema, conscientes de que no es posible resolverlo con documentación inmediata y directa; cons– cientes de que presenta muchas adherencias no históricas, sino sen– timentales e interesadas. Pero conscientes también de que es sus– ceptible de puntos de mira nuevos, capaces de conseguir una visión renovada, y no inerte, de todo el problema. Con el mayor respeto y con igual rigor crítico. 2. CUESTIONES DE FONDO Y DE LENGUAJE Sin entrar todavía en concreciones, los orígenes del cristianismo peninsular constan no por la vía directa del testimonio directo de naturaleza múltiple y del testigo fidedigno de primera mano, sino por otras vías. Más en particular, la noticia del origen apostólico del cristianismo aragonés nos llega durante un largo tramo de si– glos por el cauce de fuentes no escritas. ¿ Cómo debe calificarse ese período no escrito y ese vehículo de transmisión histórica? Se habla de tradición, de leyenda, de tópico colectivo, de mito, de superchería o de novela histórica, según la mentalidad y el cri– terio del que escribe 5 • Más aún, teniendo en cuenta el fondo mismo del problema, rayano en lo milagroso y sobrenatural, se impone una matización rigurosa para enjaular con corrección en lenguaje apro- 2 Es sabido cómo el lema y el sentido del mismo corresponden a Fernando el católico, quien lo aplicó en cuestiones difíciles. El elenco de autores que niegan la tradición puede verse en Z. García Villada, Historia eclesiástica de España, vol. 1, parte 1 (Madrid 1929) 27 ss. 3 La lista de acusaciones se haría interminable. Véase, por ejemplo, J. M. Gá– rate Córdoba, La huella militar en el camino de Santiago (Madrid 1971), estudio convertido en una continua diatriba contra la hipercrítica. 4 Así el equipo de los bolandistas en Propyleon ad Acta Sanctorum decembris. Martirologium romanum "Bruxellis 1940) 305. Igual punto de vista mantuvo el pro– bado investigador doctor José Vives en diversos estudios, cuya citación no es del caso. s Muchas veces no sólo se admite el término, sino que se lo adjetiva con los calificativos de inmemorial, venerable e incontrovertible.

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