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APUNTES SOBRE EL ORIGEN APOSTOLICO DEL CRISTIANISMO... 73 APRECIACIONES FINALES Terminamos estos apuntes que hemos acometido con absoluto desapasionamiento, sugiriendo temas, señalando problemas y pidien– do respuestas. No cabe, al final del mismo, ningún capítulo de con– clusiones; a lo más algunas concreciones y algunas apreciaciones generales. La historia ha prestado tan intensa atención a salvaguardar el origen apostólico del cristianismo aragonés que ha olvidado los pla– nos objetivos e inteligibles del mismo: romanización y cristianiza– ción, régimen de ilicitud y pasionario aragonés, régimen de licitud y consolidación cristiana, sociedad romano-cristiana y estructuración eclesiástica. Tocante al culto pilarista, hemos auspiciado dos trabajos que pres– tarían grandes servicios a los estudiosos: una seria historiografía cronológica y un corpus documental fehaciente. En cuanto se refiere al origen mismo de dicho culto, queda claro que en el actual estado de nuestros conocimientos sólo manejamos datos medievales. No se trata de un resultado destructivo. El hecho religioso pila– rista está ahí, y si algo deseamos desde estos apuntes es que se cul– tive limpio y auténtico, como todo culto cristiano. Purificado y reno– vado en este momento concreto de la historia de la salvación y de la Iglesia. RESUMEN Los apuntes que preceden intentan una labor preliminar de lim– pieza y de catarsis y evitar de salida una cordillera histórica hecha de elementos sobrenaturales y milagrosos. Es necesario emplear un lenguaje apropiado y no implicar a la teología, a la liturgia y al magisterio eclesiástico en lo que no es necesario. Llega un momento en que un hecho religioso entra en la historia; pero sólo desde ese momento ésta tiene que preocuparse del mismo. Se delimitan dos tradiciones jacobeas, la compostelana y la zaragocista, que son inde– pendientes en sus orígenes. Zaragoza conoció el paso de los pere– grinos jacobeos hacia Compostela y elaboró ella sola en la edad media su propio hecho religioso. Es necesario entenderlo dentro de los, grandes ciclos de la religiosidad y de la historia comparada de las apariciones marianas. Se preconiza un corpus documental crí– tico sobre el culto pilarista; también, un estudio bibliográfico por orden cronológico, que recoja el contenido y las aportaciones que cada autor y cada momento cultural han añadido a dicho culto. El

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