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APUNTES.. SOBRE EL ORIGEN APOSTOLICO DEL CRISTIANISMO•.• 71 indudables, con los que sufre su tremendo revés el argumento ne– gativo? 41 • 12. CULTO A MARÍA EN LA IGLESIA APOSTÓLICA La erecc10n de un lugar de culto antes de su muerte, dedicado a Ella y por mandato expreso de Ella, resultaba tan insólito en la curia romana que resistió admitirlo, al plantearse el problema del oficio litúrgico. Oficio que fue aprobado por la presión ejercida por la corte de Madrid. No es nuestra intención estudiar dicho oficio ni el valor teológico e· histórico del mismo. En cambio, queremos llamar la atención sobre el culto tributado a María Virgen en la Iglesia apostólica. La exégesis y la teología han llegado a resultados más que suficientes para iluminar el pro– blema que insinuamos. Se podrá rellenar con ingenio siglos de silen– cio y de vacío en la tradición pilarista; es mucho conceder, pero el problema seguiría subsistiendo. Creemos que se tiene que explicar tal culto y las manifestaciones que le rodean sin extorsionar el mis– mo hecho religioso cristiano, tal como se vivía en tiempo de los após– toles y aparece en el nuevo testamento. ¿ Qué creía la comunidad de los Hechos y cómo realizaba el culto cristiano? ¿ Cómo y a quién lo dirigía? Quien sea capaz no tanto de aducir, sino sólo de vislumbrar en tal contexto un resquicio para hechos como el pilarista, ha gana– do sin más una gran victoria 42 • 13. j STANDUlVI EST PRO TRADI'I'IONE ! No estamos escribiendo todavía un tratado sistemático sobre el origen del cristianismo aragonés. Nos estamos enfrentando con el primer tramo del mismo, situado por la tradición en el dintel de su historia. Quede bien claro que no negamos que en Zaragoza pudo florecer bien tempranamente el culto cristiano, y que corriendo los siglos, encontramos un lugar de culto en honor de María Virgen. 41 No hemos insistido en nuestro estudio en el argmnento negativo, Sabemos ele su dificultad; pero sabemos también que no sufre ningún revés con documentos como el referido. En cambio, cualquier estudioso de la literatura e historia romano– visigótica sabe que conocemos no poco de la misma. Tanto como para plantear de nuevo l10y día la validez del argumento negativo. 42 Para una primera aproximación a este difícil tema puede verse X. León-Dufour, Vocabulario de teologia biblica (Barcelona 1966) : 'culto', .177-181 y 'María', 444-448. L. Sotlllo, 'El culto de la Virgen María en la liturgia hispano-visigótica-mozárabe', Miscelánea Comillas 22 (1954) 89-192, estudio en el que vale más la síntesis doctrinal que la histórica. M. Garrido Bolaño, 'Culto y veneración a la madre de Jesús en la primitiva Iglesia', Estudios Marianos 36 (1972) 35-74; en 51 afirma: 'No puede ne– garse la existencia de un santuario mariano en )a orilla del Ebro en los primeros siglos del cristianismo'. No sabemos qué entiende el autor por primeros siglos y en todo caso quien pretenda aprovechar esta afirmación para el hecho pilarista debe probar el nexo entre ella y el culto del Pilar.

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