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APUNTES SOBRE EL ORIGEN APOSTOLICO DEL CRISTIANISMO... 69 gadas. Quien piense que esta historia comparada, que está por ha– cer, es inútil e incluso ofende a la tradición pilarista, levanta y se sitúa tras un muro insalvable. En dichas apariciones y sucesivos santuarios medievales conviene analizar y descubrir las relaciones que han intervenido en cada caso ; relaciones nacidas en general en estratos populares para satisfacer áreas de sentimiento religioso no atendidas por el sistema religioso oficial; unas veces se trata de relaciones simples y poco intelectua– listas para expresar y vivir lo sagrado; otras, de relaciones comu– nitarias para vivir el culto y las fiestas religiosas. No suelen faltar relaciones rentables y útiles, como superar enfermedades o contra– riedades metereológicas y sobre todo razones de prestigio colectivo para el pueblo, la ciudad, el reino e incluso la corona. Por tratarse de apuntes y no de un estudio extenso, no podemos descender a verificar esta historia comparada de los santuarios ma– rianos de Aragón y analizar las relaciones entre las mismas. Invi– tamos a someter a análisis especial la documentación de los monar– cas aragoneses, por ejemplo Juan II y Fernando el Católico y la que ellos ganaron en la curia romana, para ver cómo aparecen estas relaciones rentables y de prestigio y cómo incidieron de forma di– recta en el arraigo y en la transmisión del hecho pilarista, así como las personas e instituciones interesadas en tal hecho 37 • 11. FIJACIÓN CRÍTICA DE LA DOCUMENTACIÓN La alusión a la historia comparada de las apariciones nos ha ale~ jado de momento del hilo de nuestros apuntes. Hemos auspiciado la publicación de un corpus pilarista. Pero tenemos la impresión que será difícil saber por dónde comenzar, qué documento es el pri– mero en la tradición escrita. Vemos que los estudiosos apuntan, como en un tiro al blanco, pero sin comprobar el círculo en que ha caído su flecha ; aunque haya distancia de decenios y aun de siglos. Acep– tada la tradición escrita tardía, se recubre el vacío del silencio con testimonios o argumentos indefinidos y la protohistoria queda sin el debido rigor documental. Se trasvasa el fenómeno religioso de los últimos siglos a los medievales, sin el menor reparo o escrúpulo. La revisión bibliográfica- llevaría a resultados pintorescos. Escoge– remos, a guisa de ejemplo, tres pasajes de bien diferente signo: uno arqueológico, otro literario y el tercero estrictamente documental. Se da por inconcusa la existencia de la capilla angélica, erigida 37 R. del Arco, 'El templo de nuestra sefiora del Pilar en la edad media', Est. Edad Media Cor. Aragón 1 (1945) 9-147, donde afirma sin ambajes que el documento escrito más antiguo con el relato de la aparición es del siglo xnr. Otro tanto reco– noce N. Pérez e incluso que mucho de lo que se narra está tomado de los falsos cronicones.

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