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64 REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA.-Tarsicio de Azcona sintió vinculada ni al apóstol Pablo, ni a los lugartenientes de los apóstoles. Por tanto, estos núcleos de tradición quedan a la vera del camino. 7. Dos TRADICIONES JACOBEAS No sucede lo mismo con la tradición jacobea, situada en la raíz de Compostela y de Zaragoza. Adelantemos que la historia tiene que decir una palabra clarificadora en este tema. Es la siguiente, que sometemos a crítica, si la hemos leído con precipitación. De ordinario se habla de la evangelización jacobea de la Pe~ín– sula, como de manantial y principio de los dos hechos religiosos: el compostelano y el zaragocista o pilarista. La historia corriente, quizá mejor la apologética, ha presentado unidos ambos hechos, apun– talándose y sosteniéndose mutuamente 20 • Sin embargo, no deja de llamar la atención el siguiente dato: los documentos jacobeos más importantes y el primitivo corpus documental compostelano no alu– den al hecho pilarista. Lo silencian. Más en concreto, ni la Passio modica, ni la Passio magna, ni la Epistola Leonis en sus diversas redacciones y manuscritos de Genbloux, Fleury, el Liber sancti Ja– cobi hasta llegar a la Legenda aurea hacen alusión al hecho jacobeo zaragozano 21 • La constatación es grave y obliga a tratar por separado el ori– gen de ambos núcleos de tradición, como se pondrá de manifiesto cuando tratemos del hecho pilarista. Además, éste queda compro– metido. Bajo esta perspectiva, un estudio sobre el cristianismo aragonés no precisa recorrer todo el asendereado camino de la historiografía, historia y resultados del hecho jacobeo compostelano. Por esta razón no insistiremos sobre el mismo. Conocemos el estudio fundamental del benemérito Padre García Villada, que marcó una especie de cambio de era en estos estudios, de modo que se pueda hablar de estudios "antes y después" de dicho autor 22 • No es que pensemos que se trata de un estudio ireformable. De hecho, la bibliografía jacobeo-compostelana posterior es casi inabarcable y ha modificado no poco al mismo 23 • 20 No sólo encontramos estos dos hechos apuntalándose mutuamente en estu– dios, sino en la literatura turística. Así J. A. Gracia, El Pilar. Historia, arte, espíritu. Guia del turista y libros del peregrino (Zaragoza 1973) 3. 2'l Véanse los textos comprobatorios en L. Vázquez de Parga, J. M. Lacarra y J. Uría, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela 1-3 (Madrid 1948-9) .171-190. 22 Z. García Villada, Historia eclesiástica de España 1/1 (Madrid 1929) 27-97. 2a Destacamos el volumen Santiago en la historia, en la literatura y el arte (Ma– drid 1954), volumen de valor desigual, pero que proyecta los diversos aspectos del hecho jacobeo, con la bibliografía más importante sobre los mismos. Como síntesis, C. Sánchez-Albornoz, •Ante la historia compostelana', Logos 7 (Buenas Aires 1954) 67-95.

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