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132 Rivera de Ventosa Enrique Deus, vult se diffundere; et quia vult se diffundere, vult creaturam producere; et quia vult creaturam producere, vult creaturam esse; et ita, quia bonus est, sumus » 32 • Ante este tema, Duns Escoto, en vez de utilizar esta metafísica del Bien, se vuelve contrariado contra los que pideri razón de todo, es decir, contra lbs que buscan una causa necesaria de aquello que no lo tiene, como son las realidades contingentes. Tal eso el caso de la creación, para la cual no hay otra razón última, según Escoto, que el querer divino. Y añade: « Non est aliqua alias causa quaeren– da » 33 • Cierto que en este pasaje cuestion Escoto por que ahora y no antes ha creado Dios el mundo. Pero todo su pensamiento se mueve aquí, inyectado en la raigambre bíblica de la voluntad libre de Dios. Un matiz neto distingue de San Buenaventura a Duns Escoto. No que el doctor seráfico no tenga presente la liberalidad de Dios en la creación. Pero también pesa sobre él el principio metafísico del Bonum est diffusivum sui, que Duns Escoto deja marginado. Y de seguro que esta marginación tiene su origen e~ que juzga vano intento buscar una razón metafísica de aquello que no tiene otra razón que la libérrima voluntad divina. En este enmarque comprendemos en su perspectiva histórica el juicio de M. Blondel sobre este gran problema cuando escribe: « Elle (la tradition) se résume déja dans cette pensée de Platon: Dieu ,est bon et, puisqu'il est sans envie, il répand le bien; d'ou l'adage bédiévale bonum est diffusivum sui, formule qui, par ce neutre meme, risque de conférer a Dieu une sorte de nature spon– tanément rayonnante 6omme un foyer physique de chaleur, indé– pendamment de toute libre générosité » 34 • M. Blondel, en su estima del doctor seráfico, es un bonaventuriano a la altura del siglo XX. Y sin embargo, en este momento se aleja de este doctor y opta por la vía bíblica que patrocinó Duns Escoto, cuando ést,e, dejando a un lado el platonismo de la idea de Bien, clava su mente en la voluntad liberal de Dios y desde ésta otea el gran panorama de la creación. San Buenaventura cristianizó limpiamente el neoplatonismo de todo resabio panteista y emanatista, pese a conservar fórmula del mismo. Duns Escoto no quiso aceptar este retoque del gran maestro de la escuela franciscana. El voluntarismo biblico de Duns Escoto abre 32 S. Bonaventura, In II Sent., d. I, pars II, dub. I (ed. Quaracchi) t. II, p. 51. 33 J. Duns Scotus, Lectura in lib. II Senteniarum, d. I, q. 2 (ed. Vaticana) t. XVIII, p. 29. 34 M. Blondel, La philosophie et l'esprit chrétien. P.U.F., Paris 1950, t. I, p. 39.

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