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378 MELCHOR DE POBLADURA <lamente con el texto original en el fondo Carte Farnesiane, fase. 776, y lo publicó luego en un estudio monográfico sobre la marquesa de Pescara 17 • De esta edición se sirvió el P. Eduardo de Alen~on para hacer una versión latina 18 ; y el mismo Tacchi Venturi la volvió a pu– blicar sin comentarios en otra monografía posterior acerca de los orí– genes de los capuchinos 19 • A pesar de estas diversas ediciones, hemos creído oportuno insertarla en este comentario por dos razones princi– pales : primero, porque desgraciadamente el original fue pasto de las llamas durante la última guerra; y, en segundo lugar, porque nos ayuda a comprender y valorar el texto y el contexto de la segunda carta hasta ahora inédita, que luego publicaremos. El emperador entra sin rodeos ni premisas en la entraña de la cuestión que supone sobradamente conocida por el papa. Informado de la aparición reciente de una nueva « secta » denominada de capuchinos, la cual actúa y desarrolla su actividad independientemente del general de la Observancia, y persuadido de lo contraproducente que han sido y son semejantes novedades, se ha creído en el deber de suplicar a Su Santidad que la reprima cuanto antes, y, en todo caso, que no permita que se propague en España, para evitar mayores escándalos. No se de– tiene en razonar este punto de vista, puesto que su confidente el card. Quiñones, que goza de toda su confianza, lo hará personalmente. El texto de la carta es del tenor siguiente: Muy sancto Padre, Señor R [ everendissi] mo: Entendiendo que en la Provingia de Italia se ha comengado a insti– tuyr nuevamente una gierta secta que se llama de los Capuchinos, eximiéndose de la obedienr;ia del ministro general de la orden de Sant Francisco, y conosciendo por experiencia quánto más escándalo que ed'ifica<,;ion en nuestra sancta fee Cathólica engendran estas novedades, nos ha paresgido scrfoir a V[uestra] S[antid]ad y suplicarle lo mande mirar, y no permita ny dé lugar que se progeda adelante en esto, y specialmente no consienta que en ninguna ma– nera se introduzga en España por el escándalo que en la religion podría traer, remytiéndono8 al muy R[everen] do Cardenal de Sancta Cruz, protector della, que le hablará más largo gerca destos, a quien suplicamos a V[uestra] S[antid]ad dé entero crédito, cuya muy sancta persona nuestro Señor conserve por muchos años para el .f elice regimiento de su sancta y universal Y glesia. De Nápoles a IIII 0 de Deziembre Año de MDXXXV. Don Carlos por la divina clemencia emperador de los Romanos, augusto Rey de Alemania, de las EspaAias, de las dos Sicilias, de Hierusalem, etc. El Rey. A nuestro muy sancto Padre. 1 7 Cf. Vittoria Colonna fautrice della riforma cattolica, 27 (en español), 16 { en italiano, versión del editor). 18 Cf. Tribulationes, 37 (en español con la traducción latina en la nota). 19 Vittoria Colonna e la riforma cappuccina, en Coll.Franc. 1(1931) 38 nota 2,

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