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390 MELCHOR DE POBLADURA CONCLUSION No es fácil darse cuenta del desaliento y de la tristeza que cundie– ron por las comunidades capuchinas al propalarse la aciaga y demo– ledora noticia: el gran emperador Carlos V ha pedido al papa el exter– minio de la naciente reforma. Pero debió ser igualmente intensa la alegría que embargó el corazón de los frailes al hacerse del dominio público la retractación imperial. Los artífices y adalides de la reforma franciscana autónoma e independiente ya miraban esperanzados hacia un porvenir más seguro y halagüeño. Y mentalmente conjugaron la be– nevolencia del papa y del emperador, cuando a los pocos días de haber salido éste de Roma, el 29 de abril de 1536, Paulo III ratificaba la elec– ción de Bernardino de Astí como vicario general; y tres meses más tarde, el 25 de agosto, con otro documento solemne confirmaba la bula institucional de Clemente VII (Religionis zelus, 3 julio 1528) y decla– raba a los capuchinos exentos de la jurisdicción de los observantes 54 • Son dos hechos tal vez no del todo independientes de la retractación del emperador. En todo caso, confirmaron una vez más la validez de la reforma y dieron razón a quienes habían denodadamente luchado por encauzar y orientar el movimiento reformístico franciscano por derrote– ros autónomos e independientes. 5 4 Paulo 111, Cum sicut Nobis (29 apr. 1536) y Ewponi Nobis (25 aug. 1536), en Bull.Ord.Fr.Min.Cap. I, 16, 18; EDUARDUS ALENCONIENSIS,. Tribulationes, 12, 19.

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