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MELCHOR DE POBLADURA bién sobre asuntos de menor cuantía, como el relacionado con los capuchinos, tanto más que éste había sido precedentemente objeto da un cambio de correspondencia y de coloquios diplomáticos con el em– bajador imperial, y por añadidura era de candente actualidad en los círculos de la curia romana. Es sintomático que entre las visitas extra– .oficiales del emperador se recuerden solamente por los historiadores las que hizo a familias simpatizantes de los capuchinos 48 • En el marco del cuadro histórico someramente esbozado en estas líneas se comprende sin dificultad cómo fue evolucionando el pensa– miento del emperador hasta desembocar en un cambio radical. Este era inevitable. Los coeficientes externos (el valimiento de poderosos in– tercesores) e internos (la íntima convicción causada por el conocimiento ,directo e inmediato) superaron prejuicios e informes inexactos, intere– sados y unilaterales. Vittoria Colona, que con ojo avizor seguía las alternas vicisitudes de la reforma capuchina, y el 29 de diciembre de 1535 había previsto y anunciado la retractación de la solicitud enviada a Paulo III, vio finalmente realizados sus deseos, complaciéndose de ellos unos meses más tarde. El 27 de junio de 1536 comunicaba gozosamente la noticia a la amiga Leonor Gonzaga della Rovere, esposa de Francisco María, duque de Urbino. El emperador « desde Nápoles escribió al papa contra la pobre congregación [de capuchinos], mas después, conocida la verdad, se la recomendó » 49 • Los cronistas capuchinos confirman la 'versión dada por la marquesa de Pescara, y la retractación de Carlos V queda confirmada por estas otras fuentes históricas independientes. Bernardino de Colpetrazzo (1514-1594) se informó al detalle de la conducta del emperador para con los capuchinos. Sus informadores principales fueron dos testigos presenciales: fray Lucio, uno de los discípulos del ermitaño veneciano Rafael, que se encontraba en Roma cuando llegó el emperador 50 , y fray Angel español, que había militado bajo sus banderas y gozado de su familiaridad 51 • Fue este último religioso español quien le refirió la 48 « Se compiacque l'Imperatore in quel tempo che stette a Roma, di andare vedendo privatamente con alcuni suoi piu :familiari le cose sante e le curiose d.i ,quella Citta; e dello stesso modo ancora si degno di andare a vedere alle loro case Donna Giovanna di Aragona, duchessa di Tagliacozzo, moglie di Ascanio Colonna, e Vittoria Colonna, marchesa di Pescare, moglie che fu dello gran Marchese di Pe– ·scare, Ferrante Francesco de Avalas, le quali Signore allora si ritrovavano a Roma» (Gregario Rosso, ob. cit., 72), Carlos V visitó a Vittoria Colonna el 8 de abril; al día siguiente cenó en casa de Ascanio y se halló presente también la marquesa. 49 « Che questa pavera congregation ha hauta una gran persecutione addesso ,et che vedendo Santa Croce [il card. Quiñones], che la ha presa in odio perché scopre troppo i di:fetti de quelli de i zoccoli, non poter per via del Imperatore offenderla, qua! da Napoli scrisse al Papa contra di lei, et poi intesa la verita cella ha rac– •comandata » (Ca,rteggio, n.LXX, 107). :;o Cf. BERNARDINUS A COLPETRAZZO, ob. cit., liber I, 267. 51 « Per questo, ritrovandomi io in Napoli, fui informato dalle parole d'un nostro frate spagniolo, chiamato frat'Angelo, laico, il quale essendo gia soldato molto familiar di Cario quinto, fu presente quando l'Imperatore ando in Roma, al ·tempo di Paolo 3° » (BERNARDINUS A COLPETRAZZO, lug. cit., 413),
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