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386 MELCHOR DE POBLADURA condestable de Nápoles y como tal debía alternar con el emperador~ Tenía además amistad con Alonso de Avalas, marqués del Vasto, uno, de los héroes de la conquista de Túnez (1535), casado con María de Aragón, hermana de la marquesa de Tagliacozzo Juana de Aragón, esposa de Ascanio. Se ve, por tanto, que no le faltaban posibilidades para hacer llegar hasta el emperador su voz, mensajera del pesar que sentía por la oposición a los capuchinos, como también de su decidida voluntad de defenderlos a todo trance. Aún más, pudo expresar estos sentimientos personalmente durante una visita hecha a Nápoles en febrero de 1536 40 • Ni le faltaban a la marquesa de Pescara arrestos, para enfrentarse con el emperador, cuando sabemos que se dirigía con una franqueza rayana en la osadía al mismo papa, y Paulo III acep– taba con agrado sus consejos e iniciativas 41 • Además, durante su estancia en la ciudad partenopea Carlos V ciertamente conoció otro círculo de personalidades de la aristocracia muy afectas a los capuchinos. María Lorenza Longo, viuda del regente de la cancillería napolitana Juan Lonc (Longo), había dado vida a un poderoso movimiento de piedad y beneficencia, centrado en el hospital de los incurables. Allí se reunía lo más granado de la aristocracia: María y Juana de Aragón, Constancia de Avalas, María Ayerba, la duquesa de Termoli, y la misma Vittoria Colonna• 2 , entre otras. No pasaría desapercibido al emperador este centro dinámico de beneficencia, que incluso había recurrido a él solicitando subsidios. Los capuchinos también se movían en aquella ,órbita 43 • Su oposición inicial, oficial y cancilleresca, chocaba estridentemente con la simpatía impregnada de afecto y veneración que les dispensl:).ban aquellas nobles matronas. Aun– que nos faltara la prueba documental, afirmaríamos sin riesgo de equivocarnos que influyeron eficazmente a fin de conquistarlo a su causa, para que trocara sus sentimientos en un apoyo positivo. Mas la prueba existe. Matías Bellintani certifica que María Longo, a quien el emperador apreciaba por sus excelentes dotes y por su virtud, interpuso ante él su poderoso valimiento a favor de los capuchinos en el período de la « tribulación », por la que estaban atravesando al verse amenazados, con la supresión 44 • 40 C:f'. EouARDUS ALENCONIENSIS, Tribulationes, 40. 41 Cf. :Pietro TACCHI VENTURI, Vittoria Colonna fautrice della riforma cat– tolica, 32. • 2 Por el mes de marzo de 1536 se propaló el rumor de su próximo ingreso en el monasterio fundado por María Lorenza Longo. Cf. A. Luzro, Vittoria Colonna, en Rivista storica mantovana (Mantova) 1885, 26. 43 Cf. FRANCESCO SAVERIO DA BRUSCIANO, 0.F.M.Cap., Maria Lorenzo Longo, e /'opera del Divino Amor'ti·a Napoli, Roma 1954 (Separata de Coll.F'ranc. 33[1953] 166-228). El esposo de Vitoria, Francisco Ferrante de Avalas había sido uno de los primeros «gobernadores» d~l hospital de los incurables de Nápoles (cf. ibid., 54 nota 108). La petición de subsidios al emperador es de 1535 (cf. ibid., 44 notas 49-50). 44 « Et dopo [Maria Lorenza Longo] nella tribolatione non piccolo aiuto di~ loro [ai cappuccini] presso Cario V, il quale havendo cognitione della santita et qualita di questa donna, molto la stimava et faceva caso delle sue parole » (MAT– THIAS BELLINTANI A SALO, 0.F.M.Cap., Historia capu.ccina. Pars altera, Romae- 1950, 262-263).

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