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CRISTO Y MARIA EN EL PENSAMIENTO DE DUNS ESCOTO 571 "Conviene saber que la Santísima Virgen fue llena de tanta gracia en la primera santificación cuanta una pura criatura puede recibir sin perder su condición de tal. En la segunda fue confirmada de modo que no pudiera pecar ni venial ni mortalmente. En ella recibió tanta gracia cuanta no puede recibir . . M d d o· " 36 una pura criatura, s1 no es a re e 10s . Ambos autores señalaron con acierto el verdadero sentido profundo del discutido privilegio mariano. Éste consiste, primariamente y ante todo, en que María es la "Llena de Gracia" ya desde el primer instante de su ser natural. La inmunidad de todo pecado (mortal, venial, original, si lo hubiere, o de cualquier otro tipo) es consecuencia de aquella plena gracia inicial recibida. La tradición teológica posterior coincide, sin saberlo, con la idea propuesta por los estos citados teólogos medievales. Ocurre así cuando el dogma de la Inmaculada se presenta constantemente hasta nuestros días, en relación interna con el dogma de la Asunción. El punto Omega de la historia religiosa de María (la Asunción), estaba ya en germen el punto Alfa: su ingreso en la existencia como "Llena de gracia". Por desgracia en la azarosa y turbulenta historia del dogma de la Inmaculada la inteligente, temprana y profunda observación de estos autores no fue debidamente atendida. A la Madre del Señor se la considera, de modo constante y público como la "No-manchada" (Inmaculada). Dejando en segundo plano lo sustantivo y que realidad de la "Llena de gracia". Es decir, entre los mariólogos y en la piedad popular ,se prefiere lo negativo y destructor de la acción de la Gracia en María, antes que lo positivo y creador de una nueva criatura: La "Llena de gracia". La Inmaculada de Escoto 'ahora'. Se refiere al intento que hacemos para presentar el dogma da la "ahora": después del crecimiento que esta verdad - germinalmente expuesta por Escoto - ha experimentado a lo largo de los tiempos. Tal como acabamos de indicar. Resumimos nuestra propuesta en estas palabras: Desde la gracia original en María, a la gracia original en todo hombre que llega a este mundo 37 . Es conocido el hecho de que varios Manuales de Teología neoescolástica aducen la definición del dogma de la Inmaculada como testimonio que reafirmaría la doctrina tradicional sobre el pecado original en todo ser huma– no. Ya en escritos anteriores he enunciado la propuesta que encabeza este a- 36 Texto de Aureolo, o. c., p. 94. 37 Las razones a favor de esta propuesta están esparcidas en los estudios citados en nota 33. Especialmente en los títulos, "Cristianismo sin pecado original". "Misterio de la Inmaculada desde la Mariología Franciscana". "Visión franciscana del hombre ante el problema del pecado original".
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