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164 MELCHOR DE POBLADURA y de la reincorporación total de los religiosos al gobierno central de Roma. Este era el deseo de los más influyentes y dinámicos restaura– dores, pero su noble ideal había de superar graves dificultades antes de convertirse en consoladora realidad. El padre Llerena se percató en seguida de la orientación con que comenzaron a actuar sus colabora– dores y acudió a los reparos para atajar aquella mentalidad, resuelto a conservar su autoridad en una esfera de independencia y autonomía regulada por los cánones de la bula Jnter graviores. Fue un error tác– tico del Comisario el alejar de Antequera al influyente padre Berna– bé 0 , pues éste regresó a Bayona desde donde podía moverse y actuar con más libertad. A los motivos que le habían alentado hasta entonces en su lucha tenaz por la restauración e independencia de los capuchi– nos españoles, se añadían ahora otros de índole más personal para perseverar en su empeño sin titubeos ni debilidades. No renunciaba con facilidad a sus opiniones y las defendía con tesón y desenfado. ::\T uchos religiosos descubrieron en el padre Bernabé al mentor más seguro del movimiento unionista y él, por su parte, no cejó de fomen– tarlo y orientarlo, consiguiendo éxitos muy lisonjeros. El 20 de marzo de 1879 comunicaba con íntimo regocijo al porcurador general de la Orden: "Tengo la satisfacción de enviar adjuntas las firmas de veinte religiosos capuchinos españoles residentes en los conventos de Ante– qt:era, Sanlúcar de Barrameda y Hano, pidiendo la unión de estas comunidades al reverendísimo padre Ministro General de toda la Orden. Todos los de votos solemnes han firmado, exceptuando dos o tres, a quienes por creerles muy adictos al padre Llerena no se les-ha cicho nada. Tampoco se ha dicho nada a los de votos simples. En esta comunidad de Bayona, fuera del padre Sebastián, que se muestra muy afecto al Comisariato de España, todos deseamos con ansia que des– apa:-ezca cuanto antes, y esperamos que V. P. Reverendísima active las gestiones en la S. Congregación para conseguirlo. No sin motivo la divina providencia elevó a V. Rma. a uno de los primeros y más importantes cargos de la Orden" 10 • En el mismo sentido había escrito 9. El alejamiento del P. Bernabé no fue debido, como asegura el P. Rafael M. de Antequera (cf. ob. cit., 111 y sig.), al deseo del comisario de que propagara en otras partes la Orden. 10. El texto autógrafo de la carta se conserva en Roma, Arch. gen. OFM Cap: G.62 (1856-1880). Eia procurador general el P. Exuperio de Prats de Molló, alumno de la provincia de Tolosa. Después de la muerte del P. Esteban de Adoain, el P. Bernabé fue uno de los candidatos más en vista para el cargo de comisario. Cf. :Melchor de POBLADURA, El' P. José Calasanz de Llavaneras, 37 y sig.
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