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EL VENERABLE PADRE ESTEBAN DE ADOAIN 185 ción unionista. el superior, padre Serafín de Monóvar, pues el texto es de su puño y letra 84 • 4. - ANTE EL TRIBUNAL Dlt ROMA El biógrafo oficial de nuestro venerable padre Esteban ele Acloain, que desconoció el doloroso episodio objeto de este comen– tario, concluye con una frase gráfica y expresiva las laboriosas gestio– nes unionistas del venerable, aludiendo a la carta antes citada, diri– gida el 29 de junio al padre Joaquín de Llavaneras: "Este fue el úl– timo obús lanzado por el Siervo de Dios en la batalla por la unión con Roma. Sus esfuerzos no fueron inútiles. Ganó la batalla, aunque el fruto de la victoria fue póstumo" 85 • Ciertamente se ha de con– signar en la ya brillante hoja ele servicios del padre Esteban la vic– toria definitiva, es decir la abolición del comisariato apostólico. Pero no fue el último disparo el del 29 de junio. Una vez recogidas las pruebas testificales referidas en el párrafo anterior, el destituido vicecomisario entabló ele nuevo sus relaciones epistolares con la Curia general. Con brevedad y precisión, el r de julio la puso al corriente de todo lo sucedido, sin dejar traslucir el más mínimo resquemor o antipatía hacia el comisario apostólico En su carta incluyó el texto de la orden de deposición y los origi– nales de los documentos firmados por las respectivas comunidades. Él no se imaginaba siquiera cuál podía haber sido el fundamento y el tenor ele las presuntas "reclamaciones" contra su conducta, que cualesquiera que fuesen quedaban clamorosamente anuladas por la ad– junta documentación. El percance había hecho imposible la proyectada visita canónica para después ele la octava del Corpus, que aquel año terminaba el 3 de junio; pero lo más doloroso era que le había im– pedido preparar, por el momento, un refugio conveniente a los ca– i,üd-:.;~e;; .:x¡:;~l;dns de Francia. Prescindiendo de otr-as consi<ler-a– ciones, la conclusión que se imponía, en vista de lo sucedido, era la siguiente: C ommissariatus est in H ispania non solmn perniciosus, sed etiam ruina nostr(R Religioiiis nascentis 86 • He aquí su testamento y última .voluntad. 84. Cf. Doc. JO. El P. Serafín murió en León' el 1 de enero de 1886. Cf. Buena– ventura de CARROCERA., Necrologio, 1; Eugenio de VALENCIA, Necrologio, 9. 85. Cf. Gumersindo de EsTELLA, ob. cit., 474. 86. Cf. Doc. II. Los capuchinos franceses se establecieron en la Casa de los Venerables de Burgos y en los conventos capuchinos de Igualada (1881) y Man– resa (1883). ·

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