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EL VENERABLE PADRE ESTEBAN DE ADOAIN II DESTITUCIÓN DEL VICECOMISARIO Y PLEBISTICIO DE ALABANZAS (Junio - octubre 1880) No hemos podido averiguar el itinerario y el tiempo preciso del viaje que el padre José de Llerena hizo a España en la primavera de 1880; ni tampoco las gestiones que llevó a cabo con sus súbditos y con las autoridades civiles y eclesiásticas. De cierto sólo sabemos que el 12 de mayo, cuando lo invitó a presentarse el cardenal Pre– fecto de la Sagrada Congregación, ya no estaba en Roma y que a fines del mismo mes ya había regresado a la Ciudad Eterna. Las noticias recogidas en la Península le debieron convencer de la im– posibilidad de contener la avanzada del movimiento unionista, pues los religiosos organizados en las comunidades de ninguna manera renunciarían a sus anhelos de una inmediata y directa dependencia de la Curia general. Sin embargo, se hizo la ilusión de atajar el mo– vimiento de un plumazo. Pensó que también en este caso tendría aplicación concreta la sentencia evangélica: "Heriré al pastor y se descarriarán las ovejas'' 61 • El resultado de una medida tan inopor– tuna produjo el efecto contrario. La destitución del vicecomisario minó irreparablemente la existencia del Comisariato y aunó más y más los esfuerzos de todos para luchar juntos hasta conseguir la deseada unión con Roma. I. LA DESTITUCIÓN DEL VICECOMISARIO El 7 de junio de 1880, sin previo aviso a su representante en España ni a la Curia general, comunicaba al padre Esteban de Adoain la lacónica y tajante orden de relevo de sus funciones de vicecomísa– rio apostólico, al mismo tiempo que confería el título, con las con– siguientes atribuciones al P. Francisco de Viana, provincial de Na– varra. La motivación de la primera parte del comunicado no podía ser ni más concisa ni más genérica: "En virtud -se decía- de 61> Mt. 26, 31.

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