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EL VENERABLE PADRE ESTEBAN DE ADOAIN 177. jador español, continuó defendiendo en Roma los derechos del comi– sariato. Tampoco la Curia perdía de vista el asunto. La prueba es que el 6 de abril el Papa aconsejó que con la máxima deferencia se exhor– tara al comisario a presentar su renuncia. Además, el padre Francisco de Villafranca presentó a la Sagrada Congregación otra exposición realística y detallada con una síntesis de las razones aducidas por el vicecomisario y sus religiosos para abrogar el comisariato y unirse con Roma. r. 0 Porque han cambiado radicalmente las circunstancias que dieron origen a aquella forma de gobierno excepcional y privilegiada. 2. 0 Porque ya otras órdenes religiosas, como los dominicos, car– melitas y hermanos de San Juan de Dios, han obtenido la anexión que ellos desean. 3. 0 Por una exigencia instintiva y nacional de todo buen cató– lico espafiol, que desea vivir en comunicación directa con Roma. 4. 0 Porque así lo exigen los obispos antes de dar su consenti– miento para nuevas fundaciones, y mientras no se haga, muchos, que se sienten con vocación, no dan el paso decisivo M. Y piensan así no sólo los capuchinos residentes en España, sino también los del Ecuador 56 y Francia 57 , y con frecuencia los obispos piden explicaciones de esta situación anómala. Finalmente se pide el envío de un religioso con el título de Comisario general, que examine de vísu el estado de la cuestión e informe con conocimiento de causa 58 . En e::te memorial no se da el nombre del visitador in pectare. Sin embargo, hay en él elementos suficientes para identificarlo con bastan– te probabilidad. El retrato que se hace corresponde fielmente al padre Fermín de Centellas. Se dice que era "un piadoso, prudente e ilumi– nado capuchino español", de unos 60 afios de edad y profesor de 55. Véase la nota 49. 56. "Un grupo de exclaustrados de Cataluña, reforzado por elementos envia- dos- por el comisario ·apcstói'ico (P. Fermín de Aicaraz) a Venezuela y Guatemala, iniciaba el 21 de julio de 1854 la vida conventual en Belén de la Antiqua, primicia de la custodia, y sucesivamente comisariato de Ecuador-Colombia. No pasarán muchos años, y de allende los mares volverán estos veteranos rel'igiosos a reanudar en su patria el hilo de las tradiciones monásticas, vinculando los destinos de las restauradas provincias españolas a la jerarquía suprema de Roma". Cf. El P. José Calasanz de Llavaneras, 17. 57. A raíz de la exclaust~ación, varios religiosos se refugiaron en Francia y en 1852 el P. Fidel de Vera organ'izal:ia una comunidad en Bayona bajo la depen– dencia del P. General. Cf. Irénée d'Aui.oN, OFMCap, Les capucins a Bayonne, en Anal OFMCap. 19 (1903), 365 y sig.; Ildefonso de ÜÁURRIZ, OFMCap, Ca¡mchi– nos ilustres de la antigua provincia de Navarra-Cantabria II (Pamplona, 1926), 258 y siguientes. 58.' El texto de este informe se publica en el Doc. 3.

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