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174 MELCHOR DE POBLADURA local, q,.1e los capuchinos no podían recibir, ni aun a título de limosna, ayudas pecuniarias 45 • Tal vez fue esta postura valiente y rectilínea la que provocó la reacción del ministro provincial. Éste se dirigió direc– tamente al cardenal Prefecto, declarando nulas las firmas de la comu– nidad de MasamagreII, porque habían sido dadas bajo el temor de la violencia, y añade que del mismo vicio adolecen las de todos los con– ventos, pues el vicecomísario, Ios recorría arrancando las firmas a sus súbditos según nonnas recibidas "de allende los Pirineos" 46 • Está fuera de duda -añadía,- que todos los capuchinos forman "una mis– ma familia con su supremo Ministro"; pero los españoles prefieren seguir usando del privilegio sancionado por la bula Inter graviores y por su parte reprueba la conducta del padre Esteban sobre el par– ticular 47 • La simple lectura de las solicitudes enviadas a Roma basta para demostrar la sinrazón de esta diatriba. Ni había habido sugerencias "de allende los Pirineos'' ni coacción moral de parte de! vicecomisario, como se verá claramente en las cartas de réplica de las respectivas comunidades. Por indicación del padre Esteban se evitó en las peticiones toda alusión personal al Comisario apoiitólico; todos estaban persuadidos de la nobleza y legitimidad de la causa defendida y deseaban no quitar amplitud y altura al problema debatido. Pero, cuando desde la Curia general le comunicaron los manejos del padre Llerena para sabotear la proyectada unión, Ie pareció oportuno salir de aquella prudente re– serva y enfocar la cuestión desde un punto de vista más personal. El 16 de diciembre redactó otra exposición, firmada también por los guardianes y vicarios de Sanlúcar y Antequera 48 , y la envió por me– dio del Nuncio de Madrid al cardenal Prefecto, al mismo tiempo que remitía una copia al padre General. En pocas líneas bosqueja el cuadro de la situación y hace el retrato del padre José de Llerena; se le hace una serie <le carp-os en cuanto al P-ohif'rno. rn:i.s admite de buen grado que "el reverencÜsimo padre Ller~'1a es buen religioso y nada tenemos que decir de su conducta moral". Les fue doloroso dar este informe 45. Cf. Gumersindo de EsTELLA, ob. cit., 463 y sig. 46. El P. José de Alpens. exponiendo al P. General el 24 de octubre de 1877 la difícil situación del Comisariato apostólico y la necesidad de la unión con Roma, decía: Haec omnia ab alta díg1iitate Romana nobis suqgesta sunt, 1tt a T. R. P. essent cognita. et tuae altissimae prudentiae sttbiecta. Cf. Melchor de PoBLADURA, El P. J,1sé Cdasanz de Llavaneras, 67. 47. Véase el texto más abajo, Doc. 2. 48. Ha sido publicada íntegramente en El P. José Calasanz de Llavan<1ras, 71 y siguientes.
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