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'168 MELCHOR DE POBLADURA Comisario, a los cuales, así como a sus trescientos súbditos, "con reserva masomca se ha ocultado el proyecto de unión ... Aquí no se trata ni de perfección religiosa ni de prestigio del Instituto ... Creen engañar a Dios ... Piensan que así tendrán más libertad". Por lo demás, él tiene su conciencia tranquila por haber cumplido con su deber de acuerdo con la Santa Sede y en conformidad de la bula lntcr grwuiores. Pero como teme y sospecha que la solicitud "de esta turba mal aconsejada"' encuentre el apoyo que buscan, ruega al Papa, con el mayor obsequio, a no introducir variaciones en la actual forma ele gobierno, si bien puede escoger otro religioso para el oficio que él desempeña, pues está dispuesto a renunciar el cargo en sus augustas manos, si así puede contribuir a calmar la tempestad. Pero es absolutamente necesario conservar el Comisariato si se quiere evi– tar escándalos, consen·ar la paz y fomentar la observancia regular y evitar la sospecha ante el gobierno ele Madrid de que es un extranjero quien gobierna a los religiosos españoles. La impresión causada por esta autodefensa, extremista y exage– rada en el tono y errónea e inexacta en el contenido, no debió de ser muy agradable. A bncn seguro que el prestigio del Comisario perdió muchos puntos y comprometió definitivamente su posición personal, mientras deseaba afianzaria y perpetuar el instituto del Comisariato. Su efecto fue contraproducente. León XIII pasó el informe a J;i Sagrada Congregación, y el 28 de julio el cardenal Prefecto lo transmitió al Comisario general de la Orden "pro ínformatione et ,z•oto secreto". El padre Francisco de Villafranca, que en calidad de Comisario general había sucedido al padre Egidio de Cortona en el gobierno de la Orden 2 4, si bien no poseía una larga e intensa práctica curial, ya contaba con las noticias y los elementos suficientes para rebatir victoriosamente una por una ias afirmaciones mis comprometedoras y desenmascarar los errores y las exageraciones del referido memorial. He aquí sus puntos de vista expuestos al cardenal Prefecto el 24 de agosto 25 • En el momento de tomar posesión de su cargo, le advirtió su pre– decesor, padre Egidio de Cortona, la marcada tendencia de los capu- Viana) y,el de Valencia (P. Félix de Valencia). El único que no firmó fue el de Aragón (cf. m:ís abajo, p. 173), pues el de Andalucía era el mismo P. Esteban. 24. Cf. Melchior a PonLADURA, Historia genera/is Ordinis Fratrum Miiiomm Capucc-inorum · III (Roma, 1951), 53 y sigs. 25. Los entresacamos del texto original conservado en ARCH. VAT., Congrega– zione Vescovi e Regolari: Cappucci1ii-Spagna. La minuta de este documento en El P. José Calasanz de Llavaneras, 69 y sig.
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