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TEORIA DEL CONOCIMIENTO 413 4° Por la insuficiencia de la doctrina peripatética para.explic1r el origen de todas nuestras ideas. De esta insuficiencia, que el Seráfico Doctor defendió siempre desde el Comentario al Maestro de las Sentencias hasta las Colla– tiones in Hexaemeron, permítasenos trascribir algunos argumentos de los muchos que aduce: Un ser en potencia no se reduce al acto más que por otro ser que esté en acto respecto de tal género. Ahora bien, nuestro enten– dimiento está en potencia respecto del conocer, v. gr., en el niño; luego para que «fiat actu intelligens, necesse est quod per eum fiat, qui est actu omnia sciens ». Pero sólo la Eterna Sabiduría es onmi.– sciente. Luego se sigue la tesis propuesta. Si .tú objetas que es el entendimiento agente, pregunto: Tal entendimiento entendía actualmente lo que el niño aprende o no: si no, .síguese que por él no podía convertirse en inteligente en acto; si sí, entonces tendremos que o bien é5te, que aprende, ignora y sabe juntamente una misma cosa., o bien que el entendimiento agente no es algo que pertenezca al alma, sino distinto y superior a ésta. Tenemos, pues, que todo cuanto el alma entiende, lo aprende por algo que está sobre ella. Pero sobre el alma sólo está Dios. Luego... etc. Y si insistes - he aquí la explicación peripatética mo– derada - que el entendimiento agente se llama así, no porque sea «acta intelligens », sino porque hace entender al entendimiento posible, respondo en contra: Todo ser inteligente es superior y mejor que el no inteligente: luego si el entendimiento agente no entiende, nunca hará inteligente ni a sí mismo ni a otro: porque . en virtud del principio de carnalidad no puede hacer algo superior a sí mismo y mejor que su propia naturaleza. Luego - concluye el Santo~« Si fo actu intelligens, necesse est, quod fiat per aliquid, quod est supra se. Hoc autem non est dare aliud quam aetemam rationem et veritatem; ergo etc. » 8 • Cuando el hombre impío - dice en otro argumento - co– noce fo justicia, la conoce o por la esencia de ella o por su semé– janza recibida de afuera o por algo superior. Ahora bien, no .la puede conocer por su presencia puesto que no la posee: tampoco por especie abstraída de la sensación, porque la justicia no tiene especie abstraíble del sentido: luego es necesario que la conozca por 8 Quaestiones disputatae de scientia Christi, q. IV, n. 32 (V, 20).

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