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PELAYOS MATEOS DE ZAMAYON 1 º. Adquiere las ideas de las cosas sensibles por medio de los sentidos: mediante el proceso que admiten los escolásticos; según el cual, el entendimiento agente, elaborando los datos recibidos por la sensación - « phantasma » -, produce la especie impresa en el entendimiento posible; el cual, informado por ella, dice, pronuncia, su verbo interior, la especie expresa, el « verbum men– tís», y adquiere ideas objetivas; a base de Ja5 cuales enuncia juicios, en los que está propiamente el conocimiento. Conviene añadir que este mecanismo cognoscitivo, tan com– plicado cuando se admite que los cuatro elementos: entendimiento agente, especie impresa, entendimiento posible y especie expresa, son realmente distintos; se simplifica en la mentalidad de San Bue– naventura, según el cual el entendimiento agente y el posible, más bien que dos facultades distintas, son dos modos de actuar de una misma facultad, que es el entendimiento humano. Para muchos escolásticos este proceso de adquirir ideas nuestra mente, la abstracción, es el único modo: Omnis cognitio est a sensu. Pero para San Buenaventura tal modo no es suficiente para todas las ideas: las de las cosas no sensibles no se obtienen por abstracción verificada o realizada sobre fantasma alguno. La razón es que el entendimiento agente, actuando sobre el contenido de la sensación, podrá abstraer las especies que en el dato sensible se contengan de algún modo: pero las de las cosas no sensibles, las de los seres espiri– tuales - como Dios - de las que repugna metafísicamente que puedan ser el contenido de una sensación, ¿ cómo podrán ser ab– straídas?¿ Cómo podrá el entendimiento tomar del fantasma sen– sible lo que éste no puede en modo alguno contener ? 2°. Hay otra fuente y otro origen de ciertas ideas. El ahna puede conocerse por su propia actividad, sin intervención de los sentidos: después, por sí misma, llega a conocer a Dios de los modos que se han indicado arriba: y supuestos estos conocimientos, forma las ideas y principios morales: amor, caridad, justicia... Para mostrar cómo pueden originarse estas nociones inde– pendientemente de la experiencia, el Santo indica el modo como la mente forma la idea de caridad. El alma por su misma naturaleza posee la luz natural que la dirige y la norma directiva: « Lumen quoddam directivum et quaedam directio natural is » 23 , puesto que la facultad cognoscitiva implica por sí 5ola el conocimiento de la 23 I Sent., d. 17, a. unic., q. 4, concl. (I, 301).
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