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TEORIA DEL CONOCIMIENTO 425 la .divina esencia, en esa misma y desde ese aspecto tendrán algo de inmutables y necesarias. Luego la Esencia Divina, .en cuanto idea ejemplar de las criaturas, es.la medida de su inmutabilidad y necesidad; y por lo mismo, de su cognoscibilidad. El Verbo de Dios es el único que « potest fa– cere res perfecte scibiles » 19 • En resumen: La inteligencia busca en todos sus actos la verdad immutable y necesaria. Esta es Dios. Luego Dios, como razón eterna ejemplar, es el móvil indispensable de la mente cuando ésta trata de conpcer con certeza. Ad certitudinalem cognitionem necessario. requiritur ratio aeterna ut regulans et ratio motiva 20 • Apliquemos a esta modalidad de la razón eterna « ut movens » las comparaciones arriba indicadas. Cuando trató de conocer el verdadero significado de las palabras con que una persona me expresa sus pensamientm, lo que me mueve a escuchar con atención sus vocablos no es la palabra externa, sensible, el « flatus vocis », la vibración del aire, sino lo que ella significa, a saber el concepto, la idea, el « verbum mentís ». Cuando por una fotografía intento conocer, v. gr., el rostro de mi padre difunto, lo que me mueve a contemplar su retrato no es la entidad física de éste: el papel, el celuloide, el color, ecc.; sino su significado; el rostro de mi padre es el verdadero móvil de los actos con que miro, escudriño, « conozco » el retrato. De igual modo nuestra mente, cuando trata de conocer algo, lo que busca es la verdad en su pleno sentido, el ser inmutable y necesario: éste es Dios y propriamente sólo Dios. Como en esta vida no lo puedo ver intuitiv<nnente, lo busco en su retrato, en su huella; en su soínbra, en su efigie. Esta es el universo creado y cada uno de los seres que lo integran. La inteligencia humana los estudia, los escudriña; pero lo que en ellos busca es la verdad, la verdad en su sentido pleno poseída con certeza; es decir el ser necesario e inmutable. Luego Dios mismo. Ella no lo percibe así. Y a queda dicho que esta intervención de la idea ejemplar « ut regulans et motiva » es inconsciente, pero no es menos real. ¿ Cómo se explica esta nuestra inconsciencia ? Ante todo, recuérdese que esto mismo de recurrir a un ele,. mento inconsciente cuando se trata de explicar razonablemente 19 Sermo de Magistro, n. 7 (V, 569). 20 Quaestiones disputatae de scientia Christi, q. IV (V, 23).
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