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420 PELAYOS MATEOS DE ZAMAYON naventura: las vías de la causalidad y de la finalidad son verda– deras; se admiten los argumentos de las cinco vías; pero esto no basta. ¿ Por qué ? Porque es recurrir a Dios para explicar el origen y el fin de la criatura; pero no la esencia de ésta. Y eso es total– mente insuficiente, incompleto. ¿ Puede nuestra inteligencia conocer de modo plenario el origen de cualquier objeto sin conocer a Dios? No. ¿ Puede conocer su fin? Tampoco. ¿ Puede conocer su esenci1., sus propiedades? Y aquí San Buenaventura, llevando la lógica hasta sus últimas con– secuencias, responde categóricamente: No. ¿ Por qué? Por lo que se ha dicho: porque todo objeto distinto de Dios es (tanto en su esencia, como en sus propiedades y en sus actos, en su todo) una imagen de Dios: en esto consiste su ser; y si no lo conozco como tal, no lo conozco cómo es : mi conocimiento no es verdadero; ignoro cuál es la verdadera realidad, el verdadero sentido de dicho objeto desde cualquier punto de vista que lo considere. Luego si la mente ha de llegar a conseguir algún conocimiento verdadero, es preciso que capte el objeto como es, a saber como imagen de Dios: y puesto que para saber que una imagen es ver– dadera hay que conocer el objeto del cual es imagen, síguese que el ser de Dios es el primero que tiene que conocer la inteligencia para poder adquirir la verdad con certeza. Esse igitur est quod primo cadit in intellectu... et illud esse est esse Divinum 16 • Débese entender la necesidad de este conocimiento de Dios no en sentido ontologista de que la intuición de nuestra mente tendría a Dios por objeto directo, inmediato y en sí mismo, sin las demás verdades referentes a las criaturas, las cuales se conocerían en Dios; sino al contrario, en la forma ya indicada, a saber: Dios es conocido a) no como objeto directo de nuestro conocimiento, sino como elemento que nos ayuda a conocer; b) no solo, en sí mismo, sino simultáneamente con cualquier otro conocimiento intelectual cierto; e) no con prioridad de tiempo, sino de naturaleza, bien así como es preciso conocer· a una persona para poder juzgar si su fotografía la representa co11 fidelidad o no; d) en fin, como Verdad Suprema (razón de todas las demás verdades) hacia la cual tiende nuestro entendimiento en cada uno de sus actos: pues con éstos pretende conocer la verdad de las cosas; y éstas tanto 16 Itinerarium, c. V, n. 3 (V, 308-309).
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