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418 PELAYOS MATEOS DE ZAMAYON que sea «regulado » por la razón eterna, por el «Verbo eterno » de Dios. Aclaremos esta teoría del conocimiento con la teoría del ser. Dios, siendo acto puro, omniperfecto, infinito, es el ser en toda su plenitud: no hay perfección, entid3-d, «ser », que en Él pueda faltar. Hallándose, pues, realizada en El la noción de ser de modo perfecto, completo, exhaustivo, infinito, ¿ como será posible otro ser distinto de Dios ? ¿ Podrá darse algo realmente distinto del Ser infinito, con entidad propia realmente distinta de la de Este ? Sí, como nos consta por el testimonio irrefutable de nuestra con– sciencia y experiencia, ambas primordiales, continuas y evidentes. Admitido el hecho, ¿ cómo se explica su posibilidad ? Según la mentalidad de San Buenaventura, en esta forma: Todo ser distinto de Dios es una «efigies», «similitudo » de Él: no puede ser más que eso, porque todas las posibiliddades der ser están agotadas con essa dos realizaciones. En efecto, puesto Dim como ser infinito, queda solamente otra posibilidad, a saber la de un objeto cuya esencia sea imitación limitada del Infmito. El ser por esencia pleno y perfecto: y su imagen: No quedan otras posi– bilidades de realización de ser. La mente no concibe ni puede con– cebir un objeto que poseyera entidad propia, peculiar, exclusiva, realmente distinta de cualquier otro, y simultáneamente fuese inde– pendiente del Ser infmito, nada tuviera que ver con él. Digo que la mente no puede concebir tal posibilidad porque es algo contradic– torio: supone el ser infmito y al mismo tiempo lo niega; puesto que admite que se pueda dar algo más, algo superior al Infinito, es decir la suma de Éste con el otro ser hipotético independiente de Él. Y esto repugna metafísicamente. Luego Dios y la criatura no pueden sumarse: luego en todo ser realmente distinto de Dios - en toda criatura - para que pueda existir, más aún para que pueda ser posible, es metafísicamente necesario lo siguiente: que su esencia no consista en otra cosa más qu en ser un tenue reflejo, una imitación, de Dios. Además necesariamente ha de ser limitada; de lo contrario, sería igual a Dios, puesto que infinita: tendríamos dos seres real– mente distintos que poseen naturaleza infmita. Y esto es una con– tradicción. Luego el « ser-imitación » es forzosamente limitado: por eso pueden darse otros seres-imitaciones parecidos a él; que sean de perfección específica igual o superior o inferior. Porque como la esencia del « Ser-Ejemplar » es infmita, y la de los « seres-imita:..

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