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284 BUENAVENTURA DE CARROCERA sin convertir [habla de la m1s10n al Marañón y Amazonas] y no es posible que doce misioneros de la Compañía y otros tantos de Sari Francisco puedan bastar para la conversión de tantos infieles; además que los Capuchinos, cuya virtud y austeridad de vida es tan grande, no les lleva otro fin que el mayor servicio de Dios, y no. intentan fun– dar conventos ni adquirir riquezas, pues su profesión y santo instituto es tan contrario a ellas, y que para la conversión de aquellos bárbaros que tienen creído que lo que queremos es llevarles sus bienes, con– vienen los Capuchinos por su conocido desinterés, y además S.M. quiere más un indio convertido. que millones por la fuerza o el temor, pues sabe muy bien que, siendo violentada la voluntad, no puede haber buena conversión... Y que, aunque están encomendadas dichas misiones a otras Ordenes, no estarán de más los Capuchinos, pues, aunque se reunieran doscientos religiosos, serían pocos para un terreno de 1.400 leguas, y el derecho que tienen otras comunidades, no es privativo, y siendo el celo de la mayor gloria de Dios lo que les mueve, y no su propio interés, recibirán con grande contento tan buena ayuda para proseguir su santo intento »' 9 • Esas mismas laudatorias frases de los capuchinos las repite el Consejo al dar su parecer sobre la propuesta del P. Francisco de Vallecas, en 1648: « Tienen por cierto que sus sufrimientos [los de los capuchinos que habían ido de Guinea a Urabá] los permitió Dios para tener reservada la conversión del Darién a estos religiosos que por su institución hacen más confianza en ellos los naturales por su desapego a los bienes temporales, que profesan, pues creen los indios que a nosotros nos mueve más la codicia y ésta es la causa de por qué duró tanto la guerra de Chile, y además esta Religión es la más a propósito para sacar a los indios de concepto, porque, estando encargada por V.M. esta conquista a los frailes dominicos, no han podido conseguir ningún fruto, y los Capuchinos en tan poco tiempo tienen dos iglesias en el Darién y sometidos gran número de indios, que parece milagro, dada su fiereza y negarse a dar oído a la predicación » 10 • Ese buen concepto de los capuchinos lo tenía a su vez formado la Congregación de Propaganda Fide, la cual, al aprobar la misión de Fr. Francisco de Pamplona al Darién, estampaba en sus actas (3 agosto 1646): « Se ha de escribir al Nuncio encargándole trate con el Rey Católico o !bid., 1-2: « Informe que hace el Fiscal »... 1 0 !bid., 13: « El P. Fr. Francisco de Vallecas, religioso capuchino, pide»... Estos capu– ,chinos, pertenecientes a la provincia de Andalucía, se habían embarcado para Nigricia o Guinea el 7 de diciembre de 1646; fracasada esta misión, pasaron a Cartagena de Indias con intención de dirigirse al Marañón y Amazonas, llegando el 29 de julio de 1647; ante la imposibilidad de esto último y con anuencia del obispo y gobernador, aceptaron ir a .la región de Urabá, próxima al Darién - de ahí la confusión que a veces se observa en algunos documentos -; en Urabá lograron fundar dos poblaciones, Tanacuna y Tumbiana. El P. Valle– ,cas fue enviado a España para conseguir permiso del Consejo para seguir allí; parece logró su intento pero los religiosos recibieron orden de los superiores para regresar, como lo hicieron poco después.
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