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EL CONSEJO DE INDIAS Y LAS MISIONES CAPUCHINAS 301' que se seguían y sobre todo por i.r aquella resolución en contra de la lbula de Adriano VI, lo cual no se había tenido en cuenta por el Consejo, determina que las elecciones de prefectos se haga por los propios mi.si.oneros 69 • Así se continuó en adelante. Por otra parte no todos los religiosos estaban conformes con que el provincial de Andalucía fuese comisario general de las misio– nes. Ya el opispo D. Fr. Bartolomé de Escañuela, franciscano, propo– nía al rey, en 1675, después de hacer la. visita, que para el buen :régimen y aumento espiritual y temporal de ellas, debía haber en Madrid un religioso que las tomara a su cuidado 70 . El P. Francisco de Tauste, encontrándose en Madrid en 1680, en nombre suyo y de 1os misioneros, proponía fuese nombrado comisario el P. Provincial de Castilla, lo cual no hizo el rey, designándole en cambio para que lo fuese de la misión del Darién, encomendada segunda vez a los ca– puchinos castellanos, pero siguiendo el provincial de Andalucía co– misario general de las otras misiones 71 • Sin embargo, tanto el rey como el Consejo se daban perfecta cuenta que dicho P. Provincial, por motivo de sus muchas ocupa– ciones anejas al cargo, no podía complir adecuadamente con las que consigo llevaba las de comisario. Por tal razón se tomó la decisión,. a propuesta del P. Ildefonso de Zaragoza, procurador de las misiones de Caracas y accidentalmente en España, de crear el cargo de pro– curador general de misiones, además del de comisario, y que el desig– nado residiese en Sevilla. Debía tener por cometido recibir las no– ticias del estado de las misiones y todos los documentos relacio– nados con ellas, comunicándoselos al comisario para que diese las providencias oportunas. Con todos los papele~ debía formar un ar– chivo que luego sería entregado al sucesor bajo inventario. Así se lo comunicaba Carlos II en carta al P. General de la Orden, Bernar– dirio de Arezzo, a fin de que éste ·nombrase al que mejor le pare– ciese72. El P. General nombró para tal cargo al P. Gabriel de Andújar (Lión, 3 mayo 1694), pero, en vista de que renunció, a causa de sus. achaques, designó al P. Teodoro de Sevilla (Graz, 24 diciembre 1695) 73 . Este nombramiento debía durar solamente un septenio, o sea, lo que 69 Cédula del rey (Madrid, 15 junio 1692) (Ms. 3561, f.80, 82). 70 Carta de Escañuela al rey (Margarita, 13 mayo 1675) (ibid., f,36, y TAUSTB, op. cit., 100).. 71 Comunicado del Consejo al P. Provincial de Castilla (Madrid, 26 octubre 1680) (AGI, Santa Fe, 255, f.1). 72 Carta de Carlos II al P. General, Bernardino de Arezzo (Madrid, 27 agosto 1692) (Ms. 3561,,f.90; N. CoRDUBBNSIS, op.cit., 131). 7 s Las cartas de nombramiento pueden verse en AGI, Santo Domingo, 641. ·Aquí se· encuentra una carta del P. Provincial de Andalucía, Félix de Cabra, al Consejo (19 febrero·• 1696) en que Je comunica que el P. General le había facultado para nombrar procurador· · y lo había hecho en la persona del P. Teodoro de Sevilla.

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