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EL CONSEJO DE INDIAS Y LAS MISIONES CAPUCHINAS 299 miso de embarque y el aviamiento para los religiosos 58 • Tenía además la obligación de proveer de personal a las misiones, pero no podía en manera alguna obrar por su cuenta y riesgo sino que debía pedirlo a los respectivos provinciales. Una vez que éstos aprobaban y presentaban los sujetos que creían conveniente enviar, él hacía los restantes trámites de proponerlos a su vez al Consejo para la aprobación de éste. No obraba, pues, con absoluta libertad en lo de buscar y elegir los religiosos que debieran ser enviados a misiones. En esto era más acertada la propuesta hecha por el P. José de Carabantes a Propaganda Pide. Al venir segunda vez a España, en 1666, por asuntos de la misión de Cumaná, se dirigió en seguida a Roma para dar cuenta a los cardenales de la Congregación de los progresos allí rea– lizados en la conversión de los indios, y presentar la carta de obe– diencia y sumisión de cinco de los caciques al Papa. A la Ciudad Eterna llegó hacia mediados de marzo de 1667. Después de presentar -el informe y la carta 59 , solicitó por medio de un memorial otra mi– sión para Santa Marta y Maracaibo; dio también la lista de los que le habían pedido ir, y agregaba: « La razón de por qué muchas misiones fracasan en todo o en parte se debe a la contradicción de algunos Provinciales, muchos de los cuales son opuestos a las misiones y no quieren enviar operarios evan– gélicos a las nuevas misiones, como tampoco a las ya establecidas. Por lo mismo - añade - sería conveniente, hablando de las misiones españolas, que la Sda. Congregación designase algún Capuchino, de los que están en España, para Comisario General de las misiones españolas, el cual tuviese autoridad y obligación de enviar ministros evangélicos a las misiones siempre que sea necesario, y que pueda elegirlos de cualquier provincia de los Capuchinos de España, según mejor le pareciere; de ese modo cesarían las graves contradicciones que experimentaban las misiones y las causas del fracaso de muchas de ellas. Así los que están en las misiones tendrán gran consuelo, los infieles contarán con• ministros de su eterna salvación y la Sda. Con– gregación sabrá noticias de las misiones » 60 • Tratada la cuestión por Propaganda Fide el 8 de agosto de 1667, determinó que el secretario se entrevistase para ello ton el P. Pro- 58 Varias de estas listas de misioneros se conservan en AGI, Contratación, 5551; se hace ,constar en ellas la edad y las señas personales de los misioneros. 50 Este informe, en latín, y autógrafo del P. Carabantes, se halla en Arch.Prop.Fide, SA, vol. 258, f.40-43; cf. la traducción castellana en Diego GoNZÁLEZ DE QuIROGA, El nuevo Apóstol de Galicia, el V.P. Fr. José de Carabantes, Madrid 1698, 198-210. La carta de obe– •diencia de los caciques, también autógrafa del mismo, se conserva en la lengua original y en su traducción en el mencionado Archivo, SA, vol. 258, f.32, _34. Puede verse también la traducción en G. DE QurnoGA, op. cit., 211. La he publicado, en su original chaima y tra– ,ducida, en Venezuela Misionera (Caracas) 24(1962) 248-249. so Memorial del P. Carabantes (Arch.Prop.Fide, SA, vol. 257, f.123, 128).

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