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Pero dicho esto, no está dicho todo. Las reso– nancias que evoca la palabra «amor» son múltiples, y hasta contradictorias. ¿De qué amor se trata? - En la lengua griega existen distintos térmi– nos para especificar lo que en castellano designa– mos con la palabra amor. a) Philía es el término más usado, y, en gene– ral, significa la inclinación hacia una cosa o una per– sona, preferentemente el amor hacia familiares y amigos. b) Eros evoca el amor concupiscente, posesivo y sensual. c) Agape, término que aparece sólo en el grie– go tardío, procede del verbo agapao, cuya significa– ción resulta muchas veces incolora, empleándose como equivalente o sinónimo de phileo o erao. - La Biblia recurre también a varios vocablos para expresar la realidad del amor. En la lengua hebrea, la raíz verbal que está en el origen del vocabulario amoroso es, sobre todo 'ahab, con su derivado 'ahabah (amor). También han de mencionarse los términos raham (amor com– pasivo, misericordioso, entrañable) y hesed (amor benévolo, especialmente entre personas ligadas con un pacto). En el griego bíblico (LXX y NT) prevalece el tér– mino agápe, aunque también se utiliza philía; rara– mente, sin embargo, aparece eros, y sólo en la ver– sión de los LXX, nunca en el NT. 210

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