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oye la voz de la justicia. Es más urgente la justicia que el culto, o el culto urge ante todo la justicia. d) Compasión Como el amor de Dios es compasivo, así debe ser el amor a Dios. Cuando en el amor a Dios falta la toma de tierra, el contacto con el hermano, se pro– duce un cortocircuito. El libro de Isaías lo deja bien claro: «Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla al pobre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a Yahvé? ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quie– ro: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebranta– dos y arrancar todo yugo? ¿No será partir al ham– briento tu pan y a los pobres sin vestido recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras y de tu semejante no te apartes? Entonces clamarás, y Yahvé te responderá... » (58, 4-10). B) EN EL NUEVO TESTAMENTO Una urgencia desde la libertad En el NT, el amor de Dios se ha manifestado en el don de Cristo al mundo por parte del Padre (Jn 3, 16), y en el don de Cristo al Padre en favor de los hombres. 218

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